Una docena de tumbas del cementerio de la comunidad judía de Santiago del Estero fueron profanadas y varios monumentos fueron destrozados, en un ataque que se habría producido entre el viernes y el domingo. El hecho fue denunciado por las autoridades de la filial local de la DAIA, que acudieron además al Inadi. El presidente de la entidad local, Hernán Kriscautzky, consideró que los daños "dan la idea de que no fueron simples vandalitos" los autores del ataque. Asimismo, advirtió que "tampoco robaron cosas" como ocurrió en otras ocasiones, hecho que también suele suceder en el cementerio cristiano. Kriscautzky manifestó que se registró "un nivel de ensañamiento nunca visto en ese sitio". El dirigente comunitario sostuvo que hubo "destrucción de lápidas, monumentos arrancados de cuajo, fotos tiradas, macetas y canteros arrojados sobre las mismas sepulturas de donde habían sido sacados, cadenas arrancadas de monumentos y metales doblados, lo que da una idea de que no fueron simples vandalitos". "No encontramos pintadas, algo que había pasado en otras situaciones, y esta vez tampoco robaron cosas", sostuvo en declaraciones recogidas por la Agencia Judía de Noticias. El antisemitismo va más allá, negándole al judío siquiera el alivio del descanso eterno", sostuvo Shimon Samuels, Director de Relaciones Internacionales de esa organización. "Atacar un cementerio es un acto cobarde e inmoral y una amenaza contra quienes están vivos. Las autoridades de Santiago del Estero deben actuar rápidamente para garantizar la seguridad de la comunidad judía de la provincia", afirmó Samuels. Por su parte, Sergio Widder, Director para América Latina del Centro, agregó que "los líderes de la comunidad judía de Santiago del Estero han destacado la ausencia de grafitis, inscripciones o esvásticas, lo que sugiere que los vándalos se limitaron a provocar daños materiales para evitar cargos vinculados a acciones discriminatorias".
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