El presidente frances François Hollande encabeza las marchas junto a 50 presidentes y primeros ministros

               
Cantando La Marsellesa más de 1.500.000 de personas recorren Paris y otra cantidad similar se moviliza en distintas ciudades francesas. Entre 150.000 y 200.000 personas desfilaron en Lyon, 115.000 en Rennes, al menos 100.000 en Burdeos, 60.000 en Marsella, entre otras. Diferentes ciudades del mundo también acompañaron con movilizaciones a las embajadas francesas, como Buenos Aires donde alrededor de 1.000 personas se instalaron ante la embajada de ese país y entre otros dirigentes participaron los diputados nacionales Ricardo Alfonsín, Gerardo Milman, Cornelia Schliemann y Patricia Bulrrich, el senador Ernesto Sanz, el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, el presidente de la DAIA, Julio Schlosser y el embajador de Alemania en el país, Bernhard Graf Von Waldersee. El palestino Mahmoud Abbas y el israelí Benjamin Netanyahu acompañan al presidente francés, así como el ex presidente Sarkozy y los dirigentes de numerosos países europeos, incluyendo la alemana Angela Merkel, el jefe de gobierno turco, Ahmet Davutoglu, el británico David Cameron, el italiano, Matteo Renzi, el secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, el español Mariano Rajoy,  los primeros ministros de Portugal, Pedro Passos Coelho; de Grecia, Antonis Samaras; de Bélgica, Charles Michel, de Bulgaria, Boyko Borisov; de Croacia, Zoran Milanovic; de la República Checa, Bohuslav Sobotka: de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt; de Holanda, Mark Rutte; de Finlandia, Alexander Stubb; de Hungria, Viktor Orban; de Luxemburgo, Xavier Bettel; de Polonia, Ewa Kopacz; y de Eslovenia, Miro Cerar. el presidente ucraniano, Petro Poroshenko y el canciller argentino Héctor Timerman. De África,  llegan el presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keita, de Benín; Thomas Yayi Boni; de Gabón, Ali Bongo; de Níger, Mahamadou Issoufou; y el primer ministro de Túnez Mehdi Jomaa.
 "Yo soy musulmán y yo soy Charlie, Francia, mi patria", "yo soy judío y yo soy Charlie" o "yo soy antirracista", podía leerse en las pancartas de los manifestantes junto a portadas del semanario satírico Charlie Hebdo.