miércoles, 22 de abril de 2015

Carta abierta a Leopoldo Moreau de Torres Ávalos

El diputado provincial de la UCR santiagueña, Marcelo Lugones, difundió una carta abierta de un correligionario suyo,  Oscar Eduardo Torres Ávalos, que se la dirigió a Leopoldo Moreau.

Estimado Leopoldo:
Nos conocemos desde siempre y siempre nos guardamos mutuo
respeto y consideración. Cuando tu candidatura presidencial no
dudé en apoyarte junto a otros amigos, entre otros, Raúl
Alfonsín. Consideré que era un nuevo punto de partida, después
de lo ocurrido con el gobienro de Fernando de la Rúa. Siempre
fuiste objeto de polémicas. A partir de ciertos hechos Raúl te
puso entre paréntesis aunque nunca hizo públicas sus reservas
y rabietas aun cuando, incluso, no dudó en apoyar tu
candidatura. No obstante los cargos que caían sobre tu persona
nunca oculté mibuena amistad con vos, aunque algo lejana. Las
imputaciones que se te hacían no las escuché ni les di demasiado
crédito. Las más, eran fruto de intrigas y distorsiones, claro que
tu carácter mal engeniado como tus obsesionadas y caprichosas
impaciencias ayudaron mucho a aquellos dimes y diretes.
Todavía están en mi memoria tus excelentes intervenciones en
el Congreso frente a las expresiones políticas de la patria
privatista de la que formaban parte los Kirchner. Raúl muerto.
La cosa ha cambiado mucho. Vos has cambiado mucho. Me
cuesta creer que seas un Judas que por treinta monedas ....
Te confío que por el afecto que aun me queda me duele mucho
verte en la galería de la decepción. Porque me has
decepcionado, a mi y a tantos que llevamos la Unión  Cívica
Radical en las entrañas de nuestras convicciones. Tranzar con
el peronismo kirchnerista es como si, salvando las distancias,
Yrigoyen hubiera tranzado con el Régimen falaz y descreído o
Don Arturo con los contratos petroleros o con los grandes
laboratorios o Raúl con el partido militar o con Reagan. Con lo
dicho ni se te pase por la cabeza que estoy de acuerdo con lo
resuelto por la Convención Nacional de Gualeguaychú -no se
ha comprendido que el serpentario de la política, además del
kirchnerismo, hay otras serpientes igualmente venenosas y
depredadoras- pero no estar de acuerdo no significa desertar
de la UCR pues soy un hombre de partido, es decir soy un
radical orgánico, acato la decisión de la Convención Nacional.
No queda otra. Como hizo Raúl cuando perdió las interna
ante Don Ricardo. Hecha esta imprescindible aclaración me
parece que estás totalmente errado en tus apreciaciones
políticas. Pactar con este gobierno es una defección muy
grave. Defección ética, defección en los principios, defección
política. Tu reciente actuación apena. Querer comparar al
kirchnerismo con Raúl es como pretender demostrar la
cuadratura del círculo. Una fantasía descabellada. Has fallado.
Te has fallado a vos mismo, a tu militancia, a tus esperanzas,
a quienes depositamos en vos un sincero sentimiento de
 amistad y solidaridad. Hoy te veo automatizado, avalando
los atropellos de un gobienro que no tiene reparos en
traspasar los límites de convivencia republicana y
democrática, dicho esto desde un ángulo muy diferente a la
visión formal del conservadurismo republicano, que hace de
la República una momia y no una vívida expresión social y
política. Verte en una tribuna junto al más alto exponente
del Relato, me apena, me da la lástima que da toda
decadencia, todo edificio en ruinas. Sigo creyendo con la
pasión de siempre que la Unión Cívica Radical resume la
causa nacional y popular. Nacional por su adhesión
incondicional hacia la República y popular por su adhesión
incondicional hacia la democracia. Leopoldo, te has
equivocado muchísimo, de nada vale tu dialéctica por
armada que esté. Por más que la mona se vista de seda,
mona queda. Reconozco lo que fue tu valerosa y valiosa
militancia radical por eso me apena profundamente tu
decadencia y tu quiebre ético y político. Acaso sea
demasiado tarde. Has traspuesto todo límite. Me habría
gustado despedirme de vos con un fuerte abrazo solidario
pero dado los hechos de público y notorio, me veo
imposibilitado a hacerlo.
Oscar Eduardo Torres Ávalos

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