En sintonía con una denuncia similar realizada por Elisa Carrió, ahora el Obispo Emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, afirmó en una columna de opinión publicada en un diario platense que “se puede sospechar que corrió guita” en la aprobación de la legalización del aborto en Diputados y vinculó la media sanción de la norma con una supuesta política “antinatalista” del Fondo Monetario Internacional. “Se puede sospechar, además, que ‘corrió guita’. Los diputados pampeanos obedecieron la orden del gobernador de su provincia de aprobar el proyecto abortista, y ese mismo día el Gobierno nacional depositó una fuerte suma (900 millones) que debía a La Pampa”, denunció Héctor Aguer. “¿No tendrá nada que ver el asunto con el FMI ?. Es tradición de los organismos internacionales de crédito condicionar la ayuda financiera a la adopción de medidas antinatalistas”, remarcó en una columna de opinión publicada hoy en el diario El Día. Aguer dijo además que “los diputados han dado media sanción a una ley que legitima el ‘crimen abominable’. Esta terrible expresión no es de mi autoría; se encuentra en la Constitución Pastoral “Gaudium et spes” (n. 51) del Concilio Vaticano II”. El Académico de Número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas le apuntó al gobierno nacional por la aprobación de la ley en el Congreso, y calificó a la norma como una “estafa moral”, argumentando que “no figuraba en las plataformas de la coalición gobernante”. “En 2008, el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, vetó la ley abortista sancionada por los congresáles de aquel país; Claro, el oriental es médico, no empresario. Nuestro empresario vetó la ley que retrotraía a índices más razonables las tarifas de los servicios públicos, para dejar bien ajustado el cinturón que asfixia a la pobre gente”, añadió. Aguer insistió con sus argumentos en contra del aborto al recordar que “los estudios de genética y embriología del siglo XX dejan en claro que el fruto de la concepción, desde el primer instante, es un ser humano, aun antes de la anidación en el seno materno”. En su columna, titulada “La libre interrupción del embarazo y las banderas de la burguesía”, el ex arzobispo concluye que “la prudencia, virtud propia del político, indicaría explorar otros caminos, ofrecer una auténtica educación sexual, no promover la perversión”. Citando a Sigmund Freud, Aguer concluye en su artículo: “es perverso e impúdico impedir la finalidad esencial de la sexualidad, la transmisión de la vida”.
Fuente: 4 Semanas
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