Tras la desaparición de la joven Johana Ramallo, ocurrida en la zona roja de La Plata en julio de 2017, la diputada kirchnerista Florencia Saintout –exdecana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata 2010/2018– tomó el caso como bandera de la lucha contra la trata para enfrentar al macrista Julio Garro. Desde la Facultad de Periodismo de La Plata que lideraba Saintout –quien actualmente se desempeña como diputada de la provincia de Buenos Aires y presidenta del Bloque Unidad Ciudadana – FpV-PJ- se avanzó en un esquema de contención hacia la madre de la víctima, de origen muy humilde y le brindaron abogados, recursos y –como si fuera poco- se encargaron de la comunicación del caso en nombre de la familia. Durante meses, el esquema funcionó según las necesidades de Saintout. La Facultad de Periodismo capitalizaba las marchas en reclamo por la aparición de Johana Ramallo y desde el entorno de FlorenciaSaintout controlaban sin problemas la información. Pero el escenario cambio cuando trascendió en La Plata que había novedades en el caso. El aparato comunicacional de Saintout se activó de inmediato y se anunció por las redes sociales que la madre de la víctima no daría entrevistas. Una periodista de La Plata logró confirmar que la pericia de ADN en una pierna encontrada sobre la costa ribereña de Berisso hacía ocho meses había dado positivo al cruzarlo con el ADN de la joven desaparecida. Y publicó la información en
Medium, una red social para publicar textos. Esa noticia impactaba de lleno en el caso y demostraba las falencias de los fiscales y del equipo de abogados que aportó Saintout. Se habían perdido ocho meses de investigación sobre la muerte de joven. Y quedó al descubierto una lamentable cadena de errores judiciales. Los abogados aportados por Saintout a la familia de la víctima nunca pidieron el cruce de ADN de los restos encontrados en la costa de Berisso y cuando un estudio confirmó que eran compatibles con el ADN de Johana Ramallo, emitieron un comunicado pidiendo a los periodistas que no publicaron el estudio clínico que confirmaba la correspondencia. Otro dato impactante: 20 días antes del hallazgo de la pierna se había encontrado en el mismo lugar un brazo, que se presume puede pertenecer a la víctima. Los dos hechos fueron público y se conocieron en medios locales y nacionales, pero los abogados designados por Saintout no exigieron a la Justicia cotejar esos restos con el ADN de la joven. Lo más curioso es que, una vez confirmada la noticia, desde el equipo de Saintout se negaron a reconocer la existencia el informe, que la justicia federal había solicitado al cuerpo médico forense de la Corte Suprema de Justicia. De inmediato, emitieron un comunicado instando a los periodistas a no publicar información sobre el caso y comenzó una feroz campaña de hostigamiento sobre los que difundían la noticia. Varios comunicadores de La Plata fueron atacados en las redes sociales con amenazas de escraches por difundir la tardía identificación de partes del cuerpo de Johana Ramallo. Por las redes pedían a la sociedad denunciar a los periodistas que publicaban información. Y amenazaron con no dejar "descansar" a quienes rompían el pacto de silencio sobre la víctima. El caso llegó a los medios nacionales y aún así, desde la Facultad de Periodismo se insistió con la idea de que la joven seguía "desaparecida". A través de las redes proclamaban como antes de la noticia, la "aparición con vida de Johana Ramallo" o "devuelvan a Johana", en una jugada mediática similar a la utilizada en el Caso Maldonado.
Armas y drogas en la Unidad Básica
En estos días, el dueño de la vivienda en barrio Aeropuerto donde funcionaba una unidad básica de Florencia Saintout y se secuestraron armas y drogas, Cristian Soria, pidió que “busquen quienes son los dueños de las armas”. Según se le escucha decir en un video que grabó poco después del hecho, le habrían plantado las armas y el kilo de marihuana, usando la denuncia de violencia de género para hacerle una trampa. Soria aún no tiene pedido de captura, ni por tenencia de estupefacientes ni por la denuncia de violencia de género hecha por Marianela Ayelén Camelia. “No estoy prófugo de nada. Era participante del sector político de Florencia Saintout. Tenía una unidad básica con la cual con mis compañeros salíamos a militar. Florencia caminó en mi barrio conmigo y hoy en día todos se lavan las manos y me desconocen”, se quejó el joven. “Trabajabamos para el Tano Manarino, trabajabamos para Ariel Archanco, trabajamos para Sebastián Sosi, alias El Tatán”, añadió. “Mandan audios diciendo que borre fotos en las que aparece conmigo, que ellos nunca participaron en actividades conmigo, cuando yo tengo fotos, videos, audios. Ellos vinieron a mi casa a buscarme para hacer el trabajo sucio, ir a poner carteles y ponerme a militar, y el día que fui a reclamar mi plata, lo que a mí y a mis compañeros nos habían prometido, me fallaron”, contó Soria. “Me dijeron que ellos a mí no me debían nada y que si los seguía molestado me iban a hacer una causa”, relató.
Fuente: Agencia Legislativa
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