jueves, 19 de septiembre de 2019

Alberto Núñez Feijóo, quien visitó a Macri, mantiene una guerra fía con Pablo Casado por el liderazgo del Partido Popular

       El líder del PP gallego visitó a Macri y levanta el perfil "presidenciable"
El líder del PP gallego visitó a Macri y levanta el perfil "presidenciable"

La repetición electoral ha colocado un nudo en el estómago de muchos diputados de uno y otro lado del Hemiciclo ante la posibilidad de poder perder sus escaños. Pero para otros el 10N es una oportunidad para lograr sus objetivos soñados.
Ese es el caso de Alberto Núñez Feijóo, que sería visto como el único capaz de poder salvar al PP si éste vuelve a recibir un batacazo en las urnas similar al del 28 de abril. Al fin y al cabo, él es el único que mantiene una mayoría absoluta en su comunidad mientras que a Pablo Casado solo le salva el haber recuperado Madrid, a través de una inestable coalición con Ciudadanos y Vox.
De apuntarse otra debacle, el actual presidente del partido quedaría aun más debilitado y pondría la alfombra roja al líder de los populares gallegos para entrar en Génova por la puerta grande.
Por si llega ese escenario, el jefe del Ejecutivo gallego ya ha comenzado a entrenar. En su visita a Argentina mostró su cara más presidenciable al reunirse con Mauricio Macri en la residencia de Olivos (Buenos Aires). Una foto digna de un inquilino de la Moncloa, como en su día protagonizó Aznar en la Casa Rosada.
Las relaciones del PRO con el PP comenzaron en 2008, cuando Macri nombró al entonces presidente español como ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires. Fue la excusa para transparentar un vínculo más profundo: Aznar fue un consejero clave de aquel alcalde que acababa de crear un partido de centro derecha y soñaba con gobernar Argentina. Desde entonces la sintonía ideológica de ambas formaciones no ha hecho más que crecer. Un dato que supera las divisiones internas del PP y es para el macrismo casi una política de Estado: La sintonía fue evidente incluso en la visita que Mariano Rajoy hizo a Argentina el año pasado, donde Macri lo rodeó de las máximas atenciones.
Casado y Macri, por su parte, tuvieron su foto en 2018, cuando el presidente del PP acudió a la toma de posesión de Iván Duque en Colombia. Y el presidente de la Xunta, que ha ido "muchísimas veces" a visitar a los 176.000 gallegos que residen en Argentina, su "destino prioritario de la agenda internacional", según fuentes gubernamentales, también conoce a Macri desde que éste era alcalde de Buenos Aires.
En Argentina vive la comunidad de gallegos más importante del exterior y para el PP de Galicia es un distrito significativo en términos electorales.
Pero más allá de las razones locales, la imagen de Feijóo y Macri toma especial relevancia ahora, con España en plena precampaña. Feijóo puede sumar a sus éxitos electorales el tanto de lograr el voto de los expatriados y, de paso, el de defender los derechos de los empresarios gallegos, en este caso, de los pesqueros que trabajan en la Patagonia y que cada día tienen que enfrentarse a la flota china que agota los recursos del lugar. Todo un "presidente" que defiende a los suyos de los ataques internacionales y, además, se preocupa por cómo les puede afectar la situación económica de Argentina.
Así lo ven los casadistas desde Génova, que acusan a Feijóo de querer reforzar esa imagen de gran vencedor. La gran mayoría da por hecho que el gallego está a la espera de que Casado cometa el más mínimo error para lanzarse al ataque en Madrid, pero también le advierten de que tendrá que esperar sentado. "Solo nos queda subir", asumen los populares que reconocen el mal resultado de abril.
"El escenario más probable es que sumemos votos de Ciudadanos y Vox y Casado sea el eje de una posible nueva mayoría parlamentaria", agregó a LPO un asesor del PP.

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