A 17 días antes de las elecciones generales en España, Pedro Sánchez logró exhumar del Valle de los Caídos los restos al dictador Francisco Franco, en una jugada considerada "show" y "electoralista" por la oposición, donde la ultraderecha busca sacar rédito.
La jornada histórica estuvo marcada por el desafío de la familia Franco al Gobierno, llevando una bandera preconstitucional a la exhumación del dictador, y la tensión provocada por numerosos manifestantes que se congregaron a las puertas del cementerio de Mingorrubio, donde fue trasladado. Los seguidores de Franco insultaron al presidente en la ceremonia.
El presidente aprovechó el acto para realizar una declaración institucional justificando que la operación se haya desarrollado a tres semanas de las próximas elecciones del 10N. Sánchez aseguró que más que "anomalía" o "anacronismo" considera un "agravio" que Franco descansara en El Valle de los Caídos.
La jugada de Sánchez fue cuestionada por toda la oposición. Desde la ultraderecha de Vox a los izquierdistas de Podemos, pasando por Ciudadanos y el Partido Popular, todas las formaciones han criticado la medida por una u otra razón, aunque todos coinciden en algo: el "show" puesto en marcha por el Gobierno.
Si bien Santiago Abascal, el líder de Vox, ha sido el único que se ha opuesto directamente al traslado de los restos, defendiendo que se trate de una "profanación", mientras el resto de formaciones se han levantado en armas contra el presidente por distintas causas: desde el "electoralismo" que critica Pablo Iglesias al "show mediático" que censuran los nacionalistas vascos, el error en las prioridades al que apela el PP.
"El Gobierno dijo que esto se iba a hacer discretamente y hoy por desgracia tenemos un espectáculo", ha criticado Pablo Iglesias, que también ha criticado los fines "electoralistas" de la puesta en marcha del traslado y advirtió horas antes de la exhumación que quizá debía "posponerse" para evitar que sucediera en campaña electoral.
Abascal, por su parte, ha criticado el "show electoral y necrófago" que "va más allá de la telebasura". El dirigente, a través de las redes, se ha referido a Sánchez como "el carroñero de la Moncloa" y ha dicho de él que "lo único" que busca con la exhumación es "una campaña de odio". Además, ha advertido que "a los muertos se les respeta, se llamen Franco o Pasionaria".
Más allá de las críticas, en la ultraderecha creen que podrán sacar provecho de la polémica y sumar votos, especialmente a costa de Ciudadanos que retrocede en las encuestas. Vox ya había tomado como una buena noticia el rebrote del conflicto independentista en Cataluña, ya que fue la única formación que mantuvo la idea de aplicar el Estado de excepción.
Los de Abascal fueron ellos los únicos que defendieron que debería "respetarse" el derecho de "cualquier familia" a tener a sus familiares enterrados donde consideren oportuno. En los juzgados, fueron más allá y solicitaron al Supremo in extremis que paralizara la exhumación, al menos, hasta después de las elecciones. Pese a salirles mal la jugada y ser condenados a pagar las costas del procedimiento, a Vox le queda el consuelo de saber que dicho movimiento les hace crecer en las encuestas. "Somos los únicos que hemos tenido un posicionamiento firme respecto a esto y eso nos va a dar votos", augura un alto dirigente de la formación.
Además, les sirvió para marcar diferencias con las otras formaciones de derecha, el Partido Popular y Ciudadanos, con quienes se alió en distintas regiones autonómicas para formar gobierno. "Es una vergüenza el silencio cómplice del PP y de Cs", escribió Abascal.
Fuente: LPO
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