
“Antes era bárbaro tener una escuela cerca para llevar a los gurises. Hasta llegamos a luchar entre todos para tener una escuela secundaria, en un pueblo de 300 habitantes”, relata. “Es un absurdo, ahora esa misma escuela nos condena a desaparecer”, se lamenta Fabio en diálogo con Bichos de Campo. Como él, son once los pequeños productores de Colonia Merou que conviven con el establecimiento educativo.
Fuente: Bichos de Campo
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