martes, 4 de febrero de 2020
Grecia: La señora ‘presidente’
Una magistrada es la nueva jefa del Estado heleno, que lidera el ránking de desigualdad de género de la UE.
Ekaterini Sakelaropulu, una magistrada de talante progresista, será a partir de marzo la nueva presidente de Grecia. Presidente, como suena, porque la morfología de la lengua griega así lo impone y porque no hay atisbos de lenguaje inclusivo, ni nada que se le parezca, en un país cuyo actual Gobierno tiene solo dos ministras —"las ministros", también— entre 22 carteras. Así que lo de menos, dicen algunos, es que la palabra no admita el femenino, porque lo importante es dar pasos adelante y porque la feminista Sakelaropulu, elegida por el Parlamento el 22 de enero, ha demostrado estar dispuesta incluso a las zancadas.
Más allá del papel ceremonial que la Constitución reserva a su función, la nueva jefa del Estado y de las fuerzas armadas de Grecia apeló en su primera alocución pública a la ciudadanía de sus compatriotas: “Espero ver una sociedad que respeta los derechos, tal como están recogidos en la Constitución, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Convenio Europeo de Derechos Humanos”. Sakelaropulu subrayó dos cuestiones, la emergencia climática —es especialista en derecho medioambiental— y el fenómeno migratorio, precisamente cuando el Gobierno afronta severas críticas por el abandono, por no llamarlo indigencia, en que viven decenas de miles de refugiados y migrantes, sobre todo en las islas del Egeo. “Nuestro país es un Estado moderno gobernado por el imperio de la ley”, recordó a modo de sutil admonición.
La tesalonicense Sakelaropulu, de 63 años, francófila y francófona —amplió estudios en la Sorbona II tras licenciarse en Derecho en Atenas—, presidía hasta ahora el Consejo de Estado, la más alta instancia administrativa del país (también fue la primera mujer en hacerlo). Divorciada y con un hijo, defiende los derechos civiles, el matrimonio homosexual, los derechos de los refugiados y la protección del medio ambiente, ámbitos en los que Grecia va a la zaga de sus pares europeos. La defensa de la naturaleza a veces ha entrado en conflicto con su trabajo, como cuando avaló un ambicioso proyecto minero en el norte del país muy criticado por los ecologistas, por garantizar una inversión millonaria en plena crisis.
En Grecia —donde la política es casi una disciplina olímpica que se vive con pasión, como una gran final permanente—, a un Gobierno progresista le suele corresponder un presidente conservador, y a la inversa, por mor del presunto consenso. Por eso la propuesta de Sakelaropulu por parte del primer ministro conservador Kyriakos Mitsotakis, a quien compete la designación, no extrañó a nadie. Lo que sí ha llamado la atención es el unánime respaldo en el Parlamento: la mandataria recibió 261 votos a favor —del Gobierno y de buena parte de la oposición— de un total de 300 escaños. De hecho, en un país polarizado y habitualmente a la gresca, el 55,5% de los ciudadanos aprobaron la elección de Mitsotakis, y el 61,6%, la decisión de Syriza de votar a favor de la candidata, según un sondeo.
Fuente: El País
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