Cada día que pasa desde la muerte de Franco Isorni la causa se enrarece un poco más. La versión oficial que sostiene la hipótesis de un simple accidente vial se desvanece ante los testimonios y evidencias que plantea la querella.
Su familia afirma que se trató de un homicidio, que su muerte se produjo en el marco de una persecución policial por circular fuera del horario permitido y que el presunto crimen, tendría, además, un móvil: una denuncia por apremios ilegales contra efectivos de la seccional tercera realizada por el propio Franco el 24 de mayo pasado.
También denuncian encubrimiento por parte de los funcionarios judiciales intervinientes que, horas después del fallecimiento del joven, ordenaron el cierre de la causa omitiendo el pedido de una autopsia. A esto se suman numerosas irregularidades, como el borrado de 50 minutos de video de las cámaras de seguridad de la zona en el horario en que tuvo lugar el hecho.
Ahora, la querella también informó que varios testigos confirmaron una persecución a los tiros y denunció nuevas irregularidades, entre ellas la desaparición de la ropa y la moto con la que el joven circulaba el día de su muerte. De confirmarse la falta de elementos probatorios que debían encontrarse bajo custodia, la justicia santiagueña se vería envuelta nuevamente en un grave escándalo.
“En la reunión que hemos tenido con la fiscal (Erika Leguizamón), me dijo que no está la ropa de Franco, que ha desaparecido, y que tampoco saben donde está la moto. Vos te mueres en la calle, te dejan tirado, te borran las cámaras, te desaparecen las pruebas, asi no se puede vivir” expresó la mamá del joven, Patricia Isorni, en diálogo con Visión Santiagueña.
Fuente: Visión Santiagueña
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