Pablo Vallarino, titular de la firma en la ciudad, explicó en diálogo con El Eco Multimedios que ya en enero habían tenido una caída del 83 por ciento en las ventas y que en febrero había sido similar por “un cambio en las reglas del juego”, como por ejemplo la incorporación del 30 por ciento de impuesto al dólar turista.
A esas cifras se le suma que desde marzo la recaudación de las agencias fue nula, ya que el turismo fue suspendido en la gran mayoría de los países.
“Hace más de 24 años que funcionamos. Y ya pusimos como fecha de cierre el 30 de noviembre. Obviamente los chicos que están en la atención al público están recibiendo e intentando evacuar las dudas de las personas que ya tenían sus viajes contratados y que al día de hoy no pudieron hacer uso de los servicios por toda esta situación”, explicó Vallarino.
Remarcó que “somos rehenes en este contexto” y advirtió que el Gobierno no los ha ayudado ya que los ATP “no alcanzaron para nada”.
“Aparte de eso, la verdad es que nosotros no vislumbramos un plan, ni una reapertura de aeropuertos ni la vuelta a los servicios regulares. A diario estamos pendientes para ver cuándo se vuelven a abrir las fronteras, y la incertidumbre es total”, clamó y completó: “Todo ha sido un desastre, un error; uno tras otro en materia económica, de salud y donde se quiera mirar. Lo único que percibimos es que no hay plan”.
Cabe señalar que Buquebus Tandil fue pionera en el país y acompañó el desarrollo de todo el sistema de franquicias de la compañía.
“Nos planteamos seguir eliminando más costos, pero no es viable. El único sentimiento que tengo hoy es de tristeza y de agradecimiento”, concluyó.
Fuente: El Eco
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