Ya son 36 horas de protesta ininterrumpida. Los copeños se niegan a abandonar la ruta hasta tanto las autoridades ofrezcan una solución “concreta e inmediata” a las carencias del centro asistencial más importante del norte santiagueño. Mientras tanto, el intendente Castillo se llegó anoche a la manifestación y, en un rapto de sinceridad, explicó que el problema de la falta de médicos son los bajos sueldos que el gobierno provincial paga a los profesionales.
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