Y en este grupo binacional Entre Ríos dijo presente, ya que dos representantes, de Gualeguaychú, levantaron las banderas por la conservación de uno los ecosistemas más prístinos en todo el mundo: Juan Martín Rivas y Hermann Feldkamp, miembros de Pura Vida Eco Aventura, viajaron hasta allá con sus embarcaciones y se unieron a una protesta que además de difundir su mensaje dejó algunas de las postales más bellas, con una gran protesta visual.
“El evento estuvo muy bueno, porque nos pudimos juntar con los chilenos, que son los que actualmente sufren más el efecto de las salmoneras, sobre todo los que están más al sur y son los que encabezan el reclamo desde hace muchísimos años”, explicó Rivas.
La campaña fue llevada a cabo de manera autoconvocada por ciudadanos de Ushuaia y Río Grande, en la Argentina, y de Puerto Williams, en Chile, miembros de la comunidad náutica, representantes de diferentes clubes (Club Náutico AFASyN, el Club Náutico de Río Grande, el Club Shima Waia, el Club de Pesca con Mosca y el Club Río Grande), la comunidad Yagán de Puerto Williams, el programa marino de Rewilding Argentina Sin Azul No Hay Verde y Greenpeace, entre otros.
“El evento estuvo muy bueno, porque nos pudimos juntar con los chilenos, que son los que actualmente sufren más el efecto de las salmoneras, sobre todo los que están más al sur y son los que encabezan el reclamo desde hace muchísimos años”, explicó Rivas.
La campaña fue llevada a cabo de manera autoconvocada por ciudadanos de Ushuaia y Río Grande, en la Argentina, y de Puerto Williams, en Chile, miembros de la comunidad náutica, representantes de diferentes clubes (Club Náutico AFASyN, el Club Náutico de Río Grande, el Club Shima Waia, el Club de Pesca con Mosca y el Club Río Grande), la comunidad Yagán de Puerto Williams, el programa marino de Rewilding Argentina Sin Azul No Hay Verde y Greenpeace, entre otros.
“Nosotros fuimos invitados a participar en esta acción entre Argentina y Chile por la fundación “Sin azul no hay verde”, que pertenece a Rewilding Argentina, abocada a lo que debería ser la preservación de la vida marina. Ellos fueron un poco los mentores de esta acción, ya que luchan para que la provincia de Tierra del Fuego apruebe una ley apuntada a la preservación de la vida marina en el Canal de Beagle”, agregó.
De acuerdo a los especialistas, las salmoneras no sólo amenazan la biodiversidad en la región sino también afectan de manera directa a la salud de los habitantes y al desarrollo económico. Tierra del Fuego es la única provincia argentina que tiene en la mira a la industria salmonera para su instalación, así que por ende, de aprobarse el proyecto de ley, se convertiría en el primer lugar en el mundo que se logra prohibir la instalación de los representantes de esa actividad.
Los mismos especialistas remarcan que el turismo en Tierra del Fuego genera más de 16.500 puestos de trabajo, mientras que la salmonicultura generaría 120 compitiendo directamente con el turismo ya que ambas industrias necesitan del canal para desarrollarse.
Una protesta inolvidable“Estamos orgullosos como entrerrianos de haber podido ser parte de esta experiencia. Nosotros fuimos partícipes allá en Gualeguaychú de la lucha contra las papeleras, y habernos podido venir hasta acá a aportar nuestro granito de arena fue un honor grandísimo”, expresaron Rivas y Feldkamp.
Los oriundos de Gualeguaychú, además, resaltaron la emoción que les provocó participar del evento con los miembros de la comunidad Yagán, descendientes de los pueblos originarios de la zona de Tierra del Fuego: “Son los últimos descendientes de los pueblos originarios de esta parte del mundo. Fue muy emocionante cuando vimos que estaba participando la abuelita Cristina Calderón, que es la última descendiente original Yagán de Puerto Williams. Fue muy mítico que haya estado acompañando esta lucha, poniéndole el cuerpo. Fue zarpado de emotivo”.
Pero la mística no se acabó con el hecho de compartir con la comunidad Yagán, con la confraternidad con nuestros hermanos chilenos sino que también hubo tiempo para un último guiño de la naturaleza:
“Lo otro increíble es que durante la travesía en kayak no hubo viento. Calculá que estamos en el último pedacito de la Cordillera de Los Andes, cuando se une con el mar, y el clima aquí es muy hostil. Ahora estamos todos abrigados porque hace mucho frío y sopla viento todo el tiempo. Pero justo cuando hicimos la travesía no sopló nada de viento y el mar era un espejo, y pudimos lograr esas fotos y videos maravillosos. Sentimos eso como un mensaje de la naturaleza, que de alguna forma nos dice que este es el último rinconcito de la Argentina que está en un estado de pureza original y que no sólo nos dejó que podamos expresarnos sino que nos dijo que lo cuidemos”, concluyó Rivas desde ese recóndito lugar que podría llamarse “fin del mundo”.
De acuerdo a los especialistas, las salmoneras no sólo amenazan la biodiversidad en la región sino también afectan de manera directa a la salud de los habitantes y al desarrollo económico. Tierra del Fuego es la única provincia argentina que tiene en la mira a la industria salmonera para su instalación, así que por ende, de aprobarse el proyecto de ley, se convertiría en el primer lugar en el mundo que se logra prohibir la instalación de los representantes de esa actividad.
Los mismos especialistas remarcan que el turismo en Tierra del Fuego genera más de 16.500 puestos de trabajo, mientras que la salmonicultura generaría 120 compitiendo directamente con el turismo ya que ambas industrias necesitan del canal para desarrollarse.
Una protesta inolvidable“Estamos orgullosos como entrerrianos de haber podido ser parte de esta experiencia. Nosotros fuimos partícipes allá en Gualeguaychú de la lucha contra las papeleras, y habernos podido venir hasta acá a aportar nuestro granito de arena fue un honor grandísimo”, expresaron Rivas y Feldkamp.
Los oriundos de Gualeguaychú, además, resaltaron la emoción que les provocó participar del evento con los miembros de la comunidad Yagán, descendientes de los pueblos originarios de la zona de Tierra del Fuego: “Son los últimos descendientes de los pueblos originarios de esta parte del mundo. Fue muy emocionante cuando vimos que estaba participando la abuelita Cristina Calderón, que es la última descendiente original Yagán de Puerto Williams. Fue muy mítico que haya estado acompañando esta lucha, poniéndole el cuerpo. Fue zarpado de emotivo”.
Pero la mística no se acabó con el hecho de compartir con la comunidad Yagán, con la confraternidad con nuestros hermanos chilenos sino que también hubo tiempo para un último guiño de la naturaleza:
“Lo otro increíble es que durante la travesía en kayak no hubo viento. Calculá que estamos en el último pedacito de la Cordillera de Los Andes, cuando se une con el mar, y el clima aquí es muy hostil. Ahora estamos todos abrigados porque hace mucho frío y sopla viento todo el tiempo. Pero justo cuando hicimos la travesía no sopló nada de viento y el mar era un espejo, y pudimos lograr esas fotos y videos maravillosos. Sentimos eso como un mensaje de la naturaleza, que de alguna forma nos dice que este es el último rinconcito de la Argentina que está en un estado de pureza original y que no sólo nos dejó que podamos expresarnos sino que nos dijo que lo cuidemos”, concluyó Rivas desde ese recóndito lugar que podría llamarse “fin del mundo”.
Fuente: Diario El Día - El Entre Ríos
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