No hay duda de que las materias primas que exporta Argentina, con la soja y derivados a la cabeza, tienen superprecios. Hay dudas, sin embargo, sobre si se viene un superciclo largo o se trata, más bien, de un veranito. Difícil de saber. En concreto, el precio internacional de la soja quebró ayer la barrera de los US$ 600 por tonelada en el mercado de Chicago y alcanzó su máxima cotización desde septiembre de 2012. A lo largo del último año, la oleaginosa casi duplicó su precio, impulsado por la fuerte demanda de China y por cuestiones climáticas en zonas productoras. La posición mayo, que se encuentra pronta a vencer, subió 1,08% (US$ 6,43) y cerró en US$ 601,68 por tonelada. Con igual tendencia, los subproductos derivados de la soja también mostraron crecimientos interanuales de consideración. El aceite de soja pasó de cotizar US$ 577,38 a US$ 1.478,40 la tonelada el último año mientras que la harina trepó de US$ 315,59 a US$ 495,48 la tonelada. Entre los productores, la noticia es positiva. Aunque muchos lamentan no poder vender a esos precios. En la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) se paga US$ 366 la tonelada.
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