Las opciones electorales que amenazaban con acabar con la polarización quedaron otra vez a mitad de camino. Entre el Frente de Todos y Juntos acapararon casi dos tercios de los votos.
Denostada, rechazada, señalada y culpabilizada. Así es la famosa grieta que divide aguas y frustra -al menos lo demuestran las frías cifras- cualquier opción que pretenda romper la visión binaria en la política argentina. La polarización entre los dos grandes espacios, Juntos y el Frente de Todos, se ha instalado, y no pareciera haber vida por fuera de ella, ofreciendo apenas unas pocas porciones de la torta electoral al resto de postulantes.
Con ese contexto, las PASO 2021 no reflejaron un panorama diferente, con los dos frentes mayoritarios acaparando la abrumadora mayoría de las preferencias de voto. Los datos son contundentes: en la categoría Diputados Nacionales, ambos espacios se llevaron el 72% de la voluntad popular. Los análisis previos avizoraban un crecimiento exponencial de algunas ofertas, a derecha e izquierda, pero el termómetro falló y ninguno de los candidatos pareciera haber aprovechado de manera contundente la caída en votos de los dos gigantes.
El Frente de Izquierda se consolidó como tercera fuerza a nivel nacional y provincial, aunque apenas rompió el techo de los cinco puntos porcentuales, lo mismo que el liberalismo que encarna José Luis Espert (Avanza Libertad), que se ubicó por debajo de esos guarismos, pese al coro de medios nacionales que lo expusieron con sus reflectores.
En el caso del economista, quedó muy lejos de los 13 puntos obtenidos, para muchos de manera sorpresiva, por su colega Javier Milei en la Ciudad de Buenos Aires, especialmente en los barrios más acomodados del territorio que gobierna Horacio Rodríguez Larreta. Tampoco fue disruptiva la vuelta del exministro de Transporte del kirchnerismo, Florencio Randazzo, a quien algunas encuestas lo ubicaban en cifras de dos dígitos.
La realidad marcó que las expectativas fueron demasiadas, ya que obtuvo menos de un 4 por ciento con su sello Vamos con Vos. El listado de frustraciones alcanza también a los vecinalismos, que aparecen como alternativas en distritos bonaerenses, con la bandera de la mirada localista y alejada de los intereses de los grandes partidos políticos.
Así, opciones como las que se presentaron en Villarino (Acción por Villarino), que quedó tercera, detrás de Juntos y el Frente de Todos, pese a estar al mando del Municipio. Algo similar ocurrió con Acción por Tornquist, en este distrito, también relegado por los dos grandes frentes electorales. En otros rincones del territorio bonaerense, los sellos vecinales concurrieron a las PASO como aliados de otros partidos, como sucedió con Vamos con Vos.
Otras alternativas, como las vinculadas al antiarbortismo de pañuelo celeste (algunas con fuerte presencia de confesiones evangélicas), no parecieran tener, al menos por ahora, posibilidades de representación masiva, a pesar de que evidencian un crecimiento año a año.
Antecedentes: De Alende y Alsogaray a De Narváez
Desde el retorno de la democracia en 1983, muchos espacios amagaron con romper el bipartidismo, la polarización. En aquellos años, al Partido Intransigente (PI), con el exgobernador bonaerense Oscar Alende, y la UCeDé, expresión del liberalismo que tuvo como principal figura a Alvaro Alsogaray, fueron opciones a izquierda y derecha del radicalismo y el peronismo, fuerzas hegemónicas por entonces.
Años más tarde, otras expresiones quedaron a mitad de camino, sin poder romper la polarización. Así, de la mano del empresario Francisco de Narváez, irrumpió Unión Celeste y Blanco, que tuvo alianzas con el PRO, sectores del peronismo y otros espacios. También asomaron Recrear, con el exministro de Economía Ricardo López Murphy, y Consenso Federal, con Lavagna como referente y que tuvo a Eduardo “Bali” Bucca como postulante a gobernador bonaerense en 2019.
Julio Burdman: Los frentes y la heterogeneidad que los preserva de las fugas
Las primarias obligatorias en la Provincia dejaron tela para cortar, y en el análisis está el desempeño de las fuerzas que apuntaban a convertirse en una “tercera vía” que escape a la grieta. Al respecto, el consultor y politólogo Julio Burdman aseguró que “por lo que se ve en estos últimos comicios pareciera que no existe esa posibilidad; no por falta de un mercado para votar alternativas sino porque dentro de los espacios (Juntos y Frente de Todos) está la heterogeneidad y la diversidad”.
El analista añadió a La Tecla que “en esta elección que pasó (en referencia a las PASO 2021), en el caso de Juntos está atravesado por diferentes disputas de liderazgo, con diversas alternativas programáticas; en la Ciudad de Buenos Aires y en la Provincia, eso se ve con claridad. Por lo tanto creo que así se contiene buena parte de esa tercerización, a través de coaliciones que son diversas.
Y eso se puede considerar como la fórmula perfecta para evitar la fuga hacia afuera”. Al ser consultado sobre la posibilidad de que el candidato a primer diputado nacional por la provincia de Buenos Aires Facundo Manes haya canalizado buena parte del voto independiente o no fidelizado, Burdman consideró que “da la impresión, por lo que surge de algunos estudios electorales que se hacen de manera preliminar, y algunos que hoy mismo estoy realizando, que en realidad hay mucha coincidencia entre el voto de Manes y el voto radical”.
En tal sentido evaluó que “Facundo Manes sumó algo, pero te diría que de cada tres votos que sacó en esta PASO, dos serían radicales puros y uno sería un manecista independiente. No le quiero restar méritos, pero creo que otro candidato radical hubiese obtenido una parte importante de lo que sacó él en la interna de Juntos de la Provincia”.
Guillermo Britos: “Evidentemente es difícil romper la polarización y salir de la grieta”
El intendente de Chivilcoy, Guillermo Britos, aseguró que “acá es diferente, nos fue muy bien y con una particularidad: en la categoría de diputados nacionales y senadores provinciales en la región ganó el randazzismo. O sea que no solamente competimos contra el Frente de Todos y Juntos, sino con ese espacio también”.
El referente de Primero Chivilcoy explicó que “en la mayoría de los municipios, incluso intendentes con reconocida trayectoria y que hicieron buena gestión, no han podido en esta elección legislativa lograr el mismo resultado que en las anteriores elecciones ejecutivas.
Por ejemplo, (Carlos) Bavilacqua en Villarino, Carlos Sánchez (Tres Arroyos), con muy buena gestión pero que han quedado terceros por la polarización que se da entre Juntos y el Frente de Todos”. Britos añadió: “Acá yo gané con Massa en el 2015 y con Lavagna en 2019, es decir que los chivilcoyanos están votando distinto, pero en el resto de la Provincia no se da. Acá el vecino corta boleta, piensa el voto.
Evidentemente es difícil romper la polarización y salir de la grieta en el resto de los municipios”. Sobre un posible descontento de quienes optaron por terceras opciones, el alcalde dijo: “Lo que se ve en estas dos últimas elecciones es que hay un buen número de votos de gente independiente que va cambiando. No está conforme con Cristina, vota a Macri; no está conforme con Alberto Fernández, vota a Santilli; por eso, a mí me parece que el descontento de la gente es con la clase política en general”.
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