Desde hace 2 semanas el gobierno de Alberto Fernández intenta, desde los distintos organismos, comunicar la obligatoriedad del Pasaporte Sanitario. El apuro se debe al vencimiento del DNU 678/2021 que entró en vigencia el 1 de octubre pasado que rige hasta el 31 de diciembre de 2021. Este DNU está dentro de los 116 DNUs oficialistas que se tratarán el próximo 9 de diciembre, un día antes de que CFK pierda la mayoría en el Senado.
La ministra de Salud, Carla Vizzotti anunció que será requerido en aquellos eventos masivos y espacios cerrados y sólo serán permitidos los mayores de 13 años en la app Cuidar. Como reflejo de las restricciones que se suceden en Europa por un supuesto rebrote de Covid-19 y la aparición de otra cepa Ómicron, supuestamente africana. Asimismo, en el Consejo Federal de Salud (COFESA), los 24 ministros de Salud de todo el país consensuaron intensificar en diciembre el esquema de vacunación contra la COVID-19 e implementar un pase sanitario legislado.
También la Facultad de Medicina (UBA) pidió declarar obligatoria la vacuna contra el COVID, mediante una Resolución del Consejo Directivo (RESCD-2021-06245655) que parece “más un apoyo político que científico”. En octubre se sumó la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) que avaló la vacunación de niños de entre 3 y 11 años.
Recordamos que en julio pasado en un pedido de Información Pública el Ministerio de Salud de la Nación respondió a 10 preguntas concisas sobre distintas áreas que pone en duda, la implementación de las medidas sanitarias por la pandemia y la efectividad del test.
Estas áreas fueron Efectividad: Seguridad y Efectos Nocivos. Es el ANLIS (Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud, área dependiente del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas Agudas (IF-2021-55050226-APN-DNSPP#MS) que responde. Y se interpreta que “se reconoce que el virus no fue aislado ni purificado y que la prueba de PCR fue diseñada sin ese requisito esencial”. Curiosamente es el Ministerio de Salud convalida las palabras del mismo inventor de la PCR, Kary Banks Mullis “que no sirve para prueba diagnóstica ni para hablar de contagiosidad”. Con lo cual pondría en tela de juicio que las medidas restrictivas no tienen sustento, basadas en números dudosos, números de contagios y muertes, para una prueba que el mismo Ministerio reconoce que no sirve.
No al pasaporte sanitario segregador
Como cada viernes frente al Congreso, manifestantes antivacunas se oponen al “pasaporte sanitario segregador y la pseudo vacuna Covid-19 porque no se sabe que contiene este producto”, afirma Ernesto. Ya que tiene más dudas que certezas porque “el virus nunca fue aislado, no consta su presencia separada de microorganismos”. Respecto a las medidas restrictivas como el uso de barbijo reconoce que “si bien se relajó esta imposición no pueden pedirte que dejes de respirar libremente o dejar de hacer actividades recreativas que van en contra de la salud”.
Estos manifestantes sobre todo exigen que “no se avance contra las libertades y garantías en Argentina”. Referido al super Grüner Pass (pasaporte verde) de Austria y el encierro a los no vacunados, Ernesto señala “si bien es difícil, hay una lucha de los no vacunados y es interesante la pulseada para observar diferentes intereses”.
Ante la pregunta de la vacunación en niños, Ernesto expresa que “los niños no necesitan ya que desarrollan su propio sistema inmunológico, no es necesario” y remarca que “debería cumplirse las fases de la vacuna que son 6, pero pongo en duda ya que si el virus no fue aislado reconocido por autoridades médicas del mundo de que vacuna estamos hablando”, interpela.
Por Alejandra Passarelli
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