sábado, 7 de octubre de 2023

Los datos del desastre económico que generó Massa en un año de gestión

   

 Sergio Massa encarará el último tramo de la campaña electoral cargando la pesada mochila de una situación económica que precisamente no resulta un activo para su aspiración presidencial.

Cuando asumió el cargo de Ministro de Economía, en los primeros días de agosto de 2022, lo hizo con el objetivo de lograr la estabilización de las variables económicas y utilizar la gestión para erguirse como principal candidato de la coalición oficialista.

Consciente que el principal problema de la economía argentina era la inflación, Massa buscó con las primeras de medidas de gobierno atacar las "expectativas", con lo cual bajo el paraguas de "Precios Justos" buscó que la tasa de inflación "convergiera" a la baja con el objetivo de llevarla a menos de 4% en abril de este año.

En ese plan incluyó desde los alimentos, hasta los combustibles, cuotas de colegios y prepagas y materiales de la construcción.

Los primeros resultados fueron auspiciosos, pero cuando asomó la sequía los operadores económicos advirtieron que la falta de dólares condicionaría todo el programa y el plan entró en una espiral negativa de la que no pudo salir.

Con manotazos como el "dólar soja", fue adelantando ingresos de divisas para cumplir con el programa con el FMI y no perder el apoyo del organismo multilateral, pero también se agotó ese canal porque la falta de lluvias fue brutal y le quitó al país unos u$s20.000 millones bien contados. En poco tiempo tuvo que remendar la misma desfinanciación que había generado. En consecuencia en los últimos seis meses el deterioro de la economía fue imparable.
 
Por ejemplo, el dólar blue ya cotiza en $885, triplicando el valor que tenía cuando Massa se sentó por primera vez en el Palacio de Hacienda ($282).

Massa alentó de alguna manera el desarrollo de los dólares que se operan en la Bolsa de Comercio y el MEP registró en este período un alza de 206% al pasar de $276 a $820. Por su parte, el Contado con Liquidación registra un alza de 214%, ya que cotiza por encima de los $914 contra los $288 de agosto de 2022.

Las reservas internacionales brutas se desplomaron 30% y por estos días se ubican en u$s26.468, frente a u$s38.039. La sangría se produjo por la caída de exportaciones, por la sequía, la necesidad de financiar importaciones y el pago de deuda en moneda extranjera. Los analistas calculan que las reservas netas son negativas en casi u$s6.000 millones.

Por tanto, la deuda bruta total se incrementó en 13 meses cerca de u$s15.000 millones. El mayor aumento se produjo en la deuda en pesos (dado que está cerrado el acceso al mercado voluntario de deuda) que pasó de u$s67.452 a u$s102.353, que representa un avance de 51,7%.

Por su parte, la base monetaria pasó de $4,3 billones a $ 6,4 billones, lo que alentó la inflación. Entre las consecuencias de este incremento, se cuenta la necesidad de incrementar la tasa de política monetaria que fue elevada de 60% a 118%, con el impacto que esto conlleva sobre el crédito para el financiamiento de la economía.

Este panorama macroeconómico disparó la inflación, que durante la gestión Massa es de 130%, aunque vale aclarar que cuando asumió era de 113% anual.

Con las tarifas reguladas ajustando por debajo de la inflación, los precios de los alimentos muestran subas desorbitadas. Por ejemplo, papa (493%),  azúcar (339%), pan (163%), fideos (149%), entre otros. Estas variaciones se observan con datos oficiales de INDEC a agosto, que seguramente ya se sobrepasaron.

A partir de este fortísimo incremento la canasta básica sufrió un alza de 155% y la canasta alimentaria se incrementó 164%.

Por lo tanto, no sorprendió que en la última medición de pobreza se observara un fuerte salto de 36,5% a 40,1% comparando el primer semestre de 2022 con el mismo período de este año.
Fuente: Contexto Tucumán

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