Por Ernesto Martinchuk
Se llevó a cabo en el Palacio La Prensa, hoy Casa de la Cultura, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la 16ª Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires, -organizada por la Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina (ALADA)- que contó en esta oportunidad con una sección de artes y oficios alrededor del mundo de las artes gráficas.
El visitante a la Feria pudo encontrar en el primer subsuelo, que en el momento de esplendor del diario La Prensa correspondió a lo que fue, -hoy remodelada y puesta en valor- la Recepción y Sala de lectura de su importante biblioteca, espacios dedicados a la restauración, fabricación de papel artesanal, ilustradores, decoradores de papel, un laboratorio de Conservación y Restauración de Bienes Archivísticos y Bibliográficos de la Escuela de Arte y Patrimonio de la Universidad Nacional de San Martín, grabadores, impresores manuales, encuadernadores, editores y artistas de la caligrafía.
De esta forma el visitante pudo tener una idea de toda la maquinaria que se pone en movimiento alrededor del libro antiguo y todo lo que lleva al coleccionismo, cuidado y promoción. Por otra parte, en un mundo cada vez más automatizado, quienes aman los libros pudieron tomar contacto directo, con aquellos trabajadores que cumplen con la función de embellecer, cuidar, rescatar de manera artesanal los libros y poder sentir la singular sensación de palpar las hojas que permiten “sentir” la palabra impresa. También disfruto con una exposición de retratos antiguos de lectores.
Ya en el segundo subsuelo, donde antiguamente se encontraba el corazón de la biblioteca del diario La Prensa, por primera vez la Biblioteca Argentina para Ciegos realizó un taller para que el vidente pudiera ingresar a las sensaciones que atraviesa el no vidente, donde los dedos cumplen la función de nuestros ojos, y, mediante la combinación de formatos y recursos incorporar esta realidad a una sociedad más inclusiva.
La Feria contó con la exhibición de libros de los siglos XVI a mediados del XX, ilustraciones, grabados y serigrafías originales, encuadernaciones de lujo, juguetes, documentos y primeras ediciones autografiadas por sus autores, como así también manuscritos de Jorge Luis Borges o el libro El Capital de Carlos Marx traducido por Juan B. Justo.
No faltó la librería especializada en historietas, cine, libros infantiles, teatros de papel, folletín, libros ilustrados y erotismo. Cartografía antigua, libros de viaje, grabados. Tampoco faltó una singular obra de arte como lo es un libro de artista, con trabajos realizados en papel Canson o de puro algodón, donde la retícula hexagonal constituye la red de organización de todas sus páginas caladas y plegadas integrado en el proyecto inspirado en el relato “La Biblioteca de Babel” de J. L. Borges.
Los amantes de la lectura, entre los que se encontraban muchos turistas, pudo satisfacer su curiosidad en la búsqueda de lo raro y lo agotado, la investigación y el coleccionismo, pudiendo observar que los impresores de tipos móviles se han multiplicado con talleres que proponen rescatar el viejo arte de la imprenta con métodos analógicos.
Es de esperar que en la próxima edición puedan asistir muchos colegios secundarios para despertar en los jóvenes el interés por todo lo que se mueve en torno de la industria gráfica, como lo es el editor, el diseñador, el agente literario, el dibujante, el encuadernador, el curador, el ilustrador, el impresor, el traductor, el bibliotecario, el calígrafo, o del escritor, donde poder encontrarse con una vocación y también una salida laboral, porque el libro es un legado accesible para generaciones presentes y futuras.
“De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación” dijo Jorge Luis Borges.
Se llevó a cabo en el Palacio La Prensa, hoy Casa de la Cultura, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la 16ª Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires, -organizada por la Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina (ALADA)- que contó en esta oportunidad con una sección de artes y oficios alrededor del mundo de las artes gráficas.
El visitante a la Feria pudo encontrar en el primer subsuelo, que en el momento de esplendor del diario La Prensa correspondió a lo que fue, -hoy remodelada y puesta en valor- la Recepción y Sala de lectura de su importante biblioteca, espacios dedicados a la restauración, fabricación de papel artesanal, ilustradores, decoradores de papel, un laboratorio de Conservación y Restauración de Bienes Archivísticos y Bibliográficos de la Escuela de Arte y Patrimonio de la Universidad Nacional de San Martín, grabadores, impresores manuales, encuadernadores, editores y artistas de la caligrafía.
De esta forma el visitante pudo tener una idea de toda la maquinaria que se pone en movimiento alrededor del libro antiguo y todo lo que lleva al coleccionismo, cuidado y promoción. Por otra parte, en un mundo cada vez más automatizado, quienes aman los libros pudieron tomar contacto directo, con aquellos trabajadores que cumplen con la función de embellecer, cuidar, rescatar de manera artesanal los libros y poder sentir la singular sensación de palpar las hojas que permiten “sentir” la palabra impresa. También disfruto con una exposición de retratos antiguos de lectores.
Ya en el segundo subsuelo, donde antiguamente se encontraba el corazón de la biblioteca del diario La Prensa, por primera vez la Biblioteca Argentina para Ciegos realizó un taller para que el vidente pudiera ingresar a las sensaciones que atraviesa el no vidente, donde los dedos cumplen la función de nuestros ojos, y, mediante la combinación de formatos y recursos incorporar esta realidad a una sociedad más inclusiva.
La Feria contó con la exhibición de libros de los siglos XVI a mediados del XX, ilustraciones, grabados y serigrafías originales, encuadernaciones de lujo, juguetes, documentos y primeras ediciones autografiadas por sus autores, como así también manuscritos de Jorge Luis Borges o el libro El Capital de Carlos Marx traducido por Juan B. Justo.
No faltó la librería especializada en historietas, cine, libros infantiles, teatros de papel, folletín, libros ilustrados y erotismo. Cartografía antigua, libros de viaje, grabados. Tampoco faltó una singular obra de arte como lo es un libro de artista, con trabajos realizados en papel Canson o de puro algodón, donde la retícula hexagonal constituye la red de organización de todas sus páginas caladas y plegadas integrado en el proyecto inspirado en el relato “La Biblioteca de Babel” de J. L. Borges.
Los amantes de la lectura, entre los que se encontraban muchos turistas, pudo satisfacer su curiosidad en la búsqueda de lo raro y lo agotado, la investigación y el coleccionismo, pudiendo observar que los impresores de tipos móviles se han multiplicado con talleres que proponen rescatar el viejo arte de la imprenta con métodos analógicos.
Es de esperar que en la próxima edición puedan asistir muchos colegios secundarios para despertar en los jóvenes el interés por todo lo que se mueve en torno de la industria gráfica, como lo es el editor, el diseñador, el agente literario, el dibujante, el encuadernador, el curador, el ilustrador, el impresor, el traductor, el bibliotecario, el calígrafo, o del escritor, donde poder encontrarse con una vocación y también una salida laboral, porque el libro es un legado accesible para generaciones presentes y futuras.
“De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación” dijo Jorge Luis Borges.
VERDADERAMENTE UNA MUESTRA FANTASTICA. LOS LIBREROS ANTICUARIOS Y TODA LA CONSTELACION DEL LIBRO ANTIGUO HAN SIDO AGASAJADOS CON LA PRESENCIA DE MUCHISIMO PUBLICO QUE SE HA DELEITADO CON TANTAS MARAVILLAS. UNA FERIA INSTALADA HACE MAS DE 17 AÑOS EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, SIENDO LA UNICA EN SU TIPO EN TODO LATINOAMERICA. MUCHAS GRACIAS POR LA HERMOSA RESEÑA.
ResponderBorrarExcelente como cada año.
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