Allí, vieron varias soldaduras selladas con masilla. Un posible truco parecía evidente. Un perro entrenado olfateó el acoplado, con fuertes ladridos. El perro y los efectivos no se equivocaron. Al abrir el acoplado con amoladoras, hallaron un doble fondo que llevaba 431 kilos y 375 gramos de cocaína, divididos en 422 paquetes.
El caso quedó en manos de la Fiscalía Federal Descentralizada de Tartagal, a cargo del doctor Marcos Romero y el secretario Rafael Lamas, que ayer allanó la casa del chofer en General Mosconi y secuestró cuatro celulares que podrán ser peritados.
El caso quedó en manos de la Fiscalía Federal Descentralizada de Tartagal, a cargo del doctor Marcos Romero y el secretario Rafael Lamas, que ayer allanó la casa del chofer en General Mosconi y secuestró cuatro celulares que podrán ser peritados.
El chofer, que hoy se encuentra bajo prisión preventiva, fue imputado ayer lunes por el delito de transporte de estupefaciente, en grado de autor. La acusación fue presentada por el fiscal federal Romero ante la jueza federal de Garantías de Tartagal, Ivana Hernández.
Los otros signos que delataron al camionero narco
Al ser interrogado por los gendarmes, el conductor, identificado como Walter Passarino, sostuvo que no llevaba carga, pues esperaba recibirla, para luego dirigirse a la ciudad de Salvador Mazza. Mientras revisaban los papeles del camión y del acoplado, los gendarmes verificaron la identidad del camionero: curiosamente, surgió que registraba antecedentes por hurto calificado y defraudación reiteradas, causas en las que interviene el Juzgado en lo Penal de Instrucción, de Quinta Nominación de Santa Fe; por otra parte, no tenía la cédula verde del camión
De inmediato, el chofer se puso nervioso. Comenzó a caminar de un lado al otro, fumando sin cesar. Los gendarmes llamaron a la fiscalía de Romero. Con la autorización del auxiliar fiscal, y con ayuda de herramientas, se aflojó uno de los tornillos y, al levantar levemente un chapón, se pudo ver a varios de los paquetes, apilados en una especie de compartimento.
Passarino, de 39 años, se encuentra registrado en los rubros de transporte automotor de la AFIP. A lo largo de su historia, trabajó en blanco para varias firmas del agro en la zona, incluida una algodonera.
Ahora, se deberá determinar quién es el real dueño de la cocaína, uno de los cargamentos más abultados de la historia reciente.
Al ser interrogado por los gendarmes, el conductor, identificado como Walter Passarino, sostuvo que no llevaba carga, pues esperaba recibirla, para luego dirigirse a la ciudad de Salvador Mazza. Mientras revisaban los papeles del camión y del acoplado, los gendarmes verificaron la identidad del camionero: curiosamente, surgió que registraba antecedentes por hurto calificado y defraudación reiteradas, causas en las que interviene el Juzgado en lo Penal de Instrucción, de Quinta Nominación de Santa Fe; por otra parte, no tenía la cédula verde del camión
De inmediato, el chofer se puso nervioso. Comenzó a caminar de un lado al otro, fumando sin cesar. Los gendarmes llamaron a la fiscalía de Romero. Con la autorización del auxiliar fiscal, y con ayuda de herramientas, se aflojó uno de los tornillos y, al levantar levemente un chapón, se pudo ver a varios de los paquetes, apilados en una especie de compartimento.
Passarino, de 39 años, se encuentra registrado en los rubros de transporte automotor de la AFIP. A lo largo de su historia, trabajó en blanco para varias firmas del agro en la zona, incluida una algodonera.
Ahora, se deberá determinar quién es el real dueño de la cocaína, uno de los cargamentos más abultados de la historia reciente.
Fuente: Contexto-Infobae
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