Para los fundadores de la firma láctea “La Primera”, ese nombre es un recordatorio diario de que el éxito no puede llegar si no es de la mano del esfuerzo. En su caso, aquel estuvo marcado por dos victorias comerciales: la producción de la primera leche de cabra en polvo de Latinoamérica, seguida por la primera leche de cabra larga vida, que hoy son exportadas –junto a otros productos que completan la paleta- a distintos destinos comerciales.
“El proyecto arrancó entre 2005 y 2010 en Cruz del Eje. En ese entonces teníamos un tambo propio de leche de cabra, con el cual elaborábamos algunos productos regionales. En un momento decidimos cerrarlo y parte de las cabras se vendieron, mientras que otras se regalaron a los productores de la zona para que mejoren sus majadas. A partir de eso empezamos a tener una relación con ellos y pensamos en la posibilidad de trabajar en forma de cuenca, como lo hacen otras dedicadas a la leche de vaca en el país”, relató Juan Ruiz, gerente general de La Primera, a Bichos de Campo.
“Nuestro primer foco fueron las alergias como APLV e intolerancia a la lactosa. La leche de cabra tiene beta-caseína A2, que produce mucha menos alergia en las personas, al igual que sucede con la leche de burra, por ejemplo. Ahora vamos más por el lado de la aumentación real y saludable, porque nuestros productores tienen sus cabras a pastoreo. Es un modelo de producción distintos al vacuno, mucho menos intensivo”, contó a continuación.
Si bien el epicentro de la firma estuvo en Córdoba, no tardaron mucho en avanzar sobre otras zonas del país como Catamarca y La Rioja, donde la producción caprina es importante.
“Los productores con los que trabajamos realizan ordeñe manual y nosotros les recolectamos la leche, que debe cumplir con ciertos estándares de calidad al igual que la leche de vaca. Trabajamos con unos 150 productores en Cruz del Eje y otros 200 en Catamarca y La Rioja. En total es un plantel de cerca de 20.000 cabras”, detalló Ruiz.
Pero a diferencia de otras empresas del rubro, La Primera no cuenta con una planta de procesamiento propia sino que sólo realizan el acopio de la leche. Esto se debe a que se guían por los dos períodos de pariciones de las cabras, que les permiten tener una recolección de verano, entre noviembre y marzo, y una recolección de invierno, entre junio y agosto.
“Hoy trabajamos con dos plantas de acopio, una en el paraje Santo Domingo y otra en La Guardia. Entre las dos recolecciones estamos procesando más o menos 1 millón de litros por año. Producimos a fasón y nuestra paleta de productos abarca leche entera y parcialmente descremada en polvo, leche larga vida entera y parcialmente descremada fluida, y dulce de leche. También vendemos leche para quesería y para otras empresas, como por ejemplo Rapa Nui que hace un dulce de leche de cabra. Y ahora vamos a lanzar además leche en polvo deslactosada”, celebró el gerente.
Las plantas de procesamiento, por su parte, se encuentran en Morteros, Córdoba Capital y Rosario.
Fuente: Bichos de Campo
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