Esta mañana Omar Peroggi salió temprano de su campo de Chillar, en el centro de la provincia de Buenos Aires, y recorrió emocionado los 340 kilómetros hasta el aeropuerto internacional de Ezeiza. Llevaba consigo un preciado tesoro: 10 kilos de trufas negras cosechadas de un monte de robles que plantó hace una década. Las trufas estaban listas y acondicionadas para volar hacia Italia.
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