
Por Ernesto Martinchuk
“El secreto de la libertad radica en educar a las personas, mientras que el secreto de la tiranía está en mantenerlos ignorantes”.
Maximilien Robespierre (1758-1794)
La reunificación de Alemania Oriental y Occidental es un tema complejo y fascinante que puede ofrecer valiosas lecciones para otros países que buscan integrar diferentes regiones o grupos políticos y sociales. En esta crónica, explicaremos en forma simple, cómo Alemania Occidental integró a la Alemania Oriental después de la caída del Muro de Berlín y analizaremos algunas similitudes con el peronismo en Argentina, enfocándonos en la batalla cultural contra la colonización mental y el adoctrinamiento político.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Alemania fue dividida en cuatro zonas de ocupación controladas por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética. Las tensiones entre los aliados occidentales y la Unión Soviética aumentaron, lo que llevó a la división de Alemania en dos estados: la República Federal de Alemania (RFA) en el oeste y la República Democrática Alemana (RDA) en el este. El 13 de agosto de 1961, la RDA construyó el Muro de Berlín para separar la zona oriental de la ciudad de Berlín Occidental, controlada por los aliados occidentales.
La reunificación de Alemania comenzó a tomar forma en 1989, cuando miles de alemanes orientales se manifestaron en contra del gobierno comunista y a favor de la libertad y la democracia. El 9 de noviembre de 1989, el Muro de Berlín fue derribado, y se iniciaron las negociaciones entre los líderes de Alemania Oriental y Occidental para establecer los términos de la reunificación. El 3 de octubre de 1990, la RDA se disolvió y se unió a la RFA, poniendo fin a más de 40 años de división.
La Integración
La integración de Alemania Oriental en la RFA fue un proceso complejo que requirió importantes inversiones económicas y políticas. El gobierno alemán occidental implementó una serie de políticas para promover la integración, incluyendo:
- La creación de una unión económica y monetaria entre las dos Alemanias, que entró en vigor el 1 de julio de 1990.
- La transferencia de fondos públicos desde Alemania Occidental hacia Alemania Oriental para modernizar la infraestructura y promover el desarrollo económico.
- La implementación de programas de formación y capacitación para los trabajadores de Alemania Oriental.
- La promoción de la inversión privada en Alemania Oriental.
El Adoctrinamiento Peronista
En Argentina, el peronismo ha tenido un impacto significativo tanto en la política como en la sociedad desde la década de 1940. A través de una serie de políticas y programas, el peronismo ha promovido una narrativa que enfatiza la importancia de la justicia social y la identidad nacional. Sin embargo, esta narrativa también ha sido criticada por promover un adoctrinamiento político que buscó moldear la opinión pública y eliminar las disidencias.
Por tal motivo, en todas partes se halla el peronismo. En todo se mete, lucha contra todo, todo lo que puede lo perturba, como los gobiernos que no son de su signo, las corporaciones, las familias, y combate contra los grandes como a los pequeños. Triunfante por haber causado la caída de un funcionario, tampoco se desdeña de enredar en una causa particular para que se despida a un empleado o a un funcionario. Los medios de que esta secta se vale, por lo común, son el artificio, la mentira y la calumnia. Su fuerza consiste en las muchas personas que la componen, la amparan y la sostienen en la educación, los sindicatos y la justicia.
Mientras tanto, los deshonestos son legión, asaltan el Parlamento para entregarse a especulaciones lucrativas. Venden su voto a empresas que muerden las arcas del Estado. Cobran sus discursos, pagan con destinos y dádivas oficiales a sus electores, comercian sus influencias para obtener concesiones a favor de su clientela. Está visto que el político es un hombre de negocios. Está siempre con la mayoría. Apoya a todos los gobiernos. Viven de luz ajena, son satélites sin color y sin pensamiento, unidos al carro de su jefe, dispuestos a batir sus palmas cuando su líder habla y a ponerse de pie llegada la hora.
Es necesario tener en cuenta que cada individuo es el producto de dos factores: la herencia y la educación. La primera tiende a proveer de los órganos y las funciones mentales que le transmiten las generaciones precedentes, abuelos, tíos; la segunda es el resultado de las múltiples influencias del medio social en que el individuo está obligado a vivir. Esta acción educativa es, por consiguiente, una adaptación de las tendencias hereditarias a la mentalidad colectiva: una continua aclimatación del individuo en la sociedad.
A todo esto, el niño se desarrolla como un animal de la especie humana, hasta que empieza a distinguir las cosas inertes de los seres vivos y a reconocer entre éstos a sus semejantes. Los comienzos de su educación son, entonces, dirigidos por las personas que le rodean, tornándose cada vez más decisiva la influencia del medio, desde que éste predomina, evoluciona como un miembro de su sociedad y sus hábitos se organizan mediante la imitación. Más tarde, las variaciones adquiridas en el curso de su experiencia individual pueden o no, hacer que el hombre se caracterice como una persona diferenciada dentro de la sociedad en que vive.
Nazis en Argentina
El periodista Uki Goñi, en su libro La auténtica Odessa (Paidós, 2002), desenmascara con rigurosidad documental cómo, por qué y gracias a quiénes, la Argentina de Juan Domingo Perón se convirtió en uno de los principales refugios de nazis y colaboracionistas del Eje. Según su investigación, Argentina fue, en aquellos años, un centro activo de la diplomacia y espionaje nazi en América Latina: empresarios, diplomáticos y espías alemanes mantenían lazos con el gobierno militar argentino y hacían de puente con el Tercer Reich.
El gobierno de Perón, admitió el ingreso de empresarios, técnicos y científicos de pasado nazi o fascista. Organizaciones afines al peronismo promovieron campañas de ayuda a los “refugiados europeos”, e incluso se ofrecieron viviendas y empleos estatales a los recién llegados. Uno de los más influyentes fue Rudolf Freude, hijo de una familia alemana radicada en Argentina y luego jefe de la inteligencia en Casa Rosada. También hubo asesores militares alemanes que participaron en la modernización de las fuerzas armadas argentinas, así como ingenieros que colaboraron en proyectos industriales y aeroespaciales.
Algunos de los nombres que se instalaron en suelo argentino son los de Adolf Eichmann, arquitecto principal de la Solución Final y capturado por el Mossad en Buenos Aires, en 1960; Josef Mengele, el “ángel de la muerte” de Auschwitz, quien vivió años en Argentina antes de huir a Paraguay; Erich Priebke, protagonista de la masacre de las Fosas Ardeatinas, descubierto en Bariloche y extraditado a Italia en 1995; Josef Schwammberger, quien dirigió distintos campos de concentración en Polonia y fue arrestado y extraditado a Alemania, en 1987; y Eduard Roschmann, el “carnicero de Riga”, que murió en 1977, un mes después de huir a Paraguay.
Por otro lado, Goñi destaca que, obispos influyentes en el Vaticano, como Alois Hudal, Eugène Tisserant y Giovanni Montini (el futuro Pablo VI) y miembros de Acción Católica Argentina, como los cardenales Antonio Caggiano y Agustín Barrére, participaron activamente en las redes clandestinas, mientras que monasterios en Italia eran utilizados como refugios seguros para los fugitivos nazis. En muchos casos, estas operaciones eran justificadas como actos de caridad cristiana o como parte de la lucha contra la expansión comunista.
A todo esto, en la justicia argentina se descubrieron cajas con miles de documentos nazis, incautados en 1941 por la aduana al interceptar un buque japonés. El hallazgo ocurrió durante una mudanza de archivos de la Corte Suprema de Justicia. El material, que incluye libretas de afiliación, material de propaganda, fotografías y postales, está siendo digitalizado y clasificado en colaboración con expertos del Museo del Holocausto y la Comunidad Judía de Argentina para su análisis.
La educación y la propaganda
El peronismo, desde sus inicios, ha utilizado la educación y la propaganda para promover su narrativa y valores. En las escuelas, Universidades y medios de comunicación, se ha enfatizado la importancia de la lealtad al líder y al movimiento. También ha sido acusado de manipular la historia para promover su propia narrativa y legitimar su poder. Esto ha llevado a una visión sesgada de la historia argentina y ha contribuido a la polarización política.
Los libros fueron uno de esos elementos de la política considerados inadecuados para esa labor de educación antirrepublicana, antidemocrática y antiliberal. A juicio del kirchnerismo, como lo fue durante todos los gobiernos peronistas, los libros debían constituir el primer contacto formal de las nuevas generaciones con el régimen cesarista, para hacer a sus integrantes hombres y mujeres de fácil manejo político.
Es oportuno recordar que, en el segundo plan quinquenal de Perón, se estableció que los textos escolares serían “estructurados concordantemente con los principios de la Doctrina Nacional”, no olvidemos que la ley que le dio estado legal al plan definió como tal doctrina a las ideas del peronismo- y contendrán “referencias especiales acerca de los objetivos que en el presente plan señalan una orientación definida para cada actividad de la Nación”. Cuando se considera el estado político y la crisis moral que retarda su evolución no debe omitirse el presente antecedente.
A todo esto, es justo reconocer que una parte apreciable del magisterio logró neutralizar, -con su resistencia pasiva- la nefasta obra tanto del peronismo como de sus sindicatos afines, en la obra desplegada en la educación de los niños. Debe haber más conciencia entonces, no sólo en las aulas, sino también en las familias, con los riesgos que son de imaginar. La Batalla Cultural ha comenzado y se refiere a la necesidad de responder al desafío de hacer de la juventud parte consciente del proceso de recuperación nacional.
En la actualidad la escuela se ha convertido en una unidad educativa que demanda cambios en su estilo y en su conducción. Las necesidades de cada comunidad son sustancialmente diferentes y exigen propuestas específicas. Cada institución tiene problemas y reclamos que se corresponden con el contexto social, con el nivel económico, con la localización geográfica y con una serie de factores que los planes homogéneos desatienden.
En la “cuestión docente”, la pauperización y proletarización de los maestros a nivel educativo de amplios sectores del magisterio en servicio, incluyendo:
- Pobres niveles de alfabetización y educación básica.
- Reducción de la matrícula.
- Bajas expectativas y motivación de los aspirantes al magisterio.
- Ausentismo marcado, abandono de la profesión.
- Creciente incorporación de docentes legos.
- Pérdida de identidad, legitimidad social del oficio docente, falta de oportunidades de avance y superación personal.
Mientras tanto, los bajos salarios, y autoestima, la calidad de vida, la valoración social, las condiciones de enseñanza y las oportunidades de formación, el aumento de número de alumnos en las aulas, bajo el entendido que, desde la perspectiva de los alumnos y de sus rendimientos de aprendizaje, no hace diferencia si el grupo es numeroso o numerosísimas, da lo mismo que sean 20 o 50 los alumnos en una clase.
La imitación desempeña un papel amplísimo, casi exclusivo en la formación de la personalidad social, la invención produce, en cambio, las variaciones individuales. Aquella es conservadora y actúa creando hábitos; ésta es evolutiva y se desarrolla mediante la imaginación. La diversa adaptación de cada individuo a su medio depende de lo que imita y lo que inventa. Todos no pueden inventar o imitar de la misma manera, pues esas aptitudes se ejercitan sobre la base de cierta capacidad congénita, inicialmente desigual, recibida mediante la herencia psicológica.
El peronismo ha promovido, a través de su historia, una cultura del líder que enfatiza la importancia de la figura de Juan Domingo Perón y su esposa, Eva Perón. Esto ha llevado a una personalización de la política y ha contribuido a la concentración del poder en manos del líder. La frase "miente, miente, que algo queda" es la adaptación de un principio de propaganda atribuido a Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del régimen nazi.
Por su parte, cuando las miserias morales asolan a un país, la culpa es de todos los que por falta de cultura y de ideal no han sabido amarlo como Patria, de todos los que vivieron de ella sin trabajar para ella. Los hipócritas nunca olvidan sus propias culpas y errores y si no justifican las ajenas, tampoco se preocupan de atormentarse con el odio, pues saben que el tiempo las castiga fatalmente, por esa gravitación que anima a los perversos como si fueran globos desinflados. El ser argentino debe aprender que el mal no se corrige con la complacencia o la complicidad, “roban, pero hacen…”, debe ponérsele la reprobación, el desprecio y el castigo ejemplar.
El balance de los males que durante ocho décadas volcó sobre el país, ha de tardar muchos años en cerrarse, entre otras razones porque sus efectos se proyectan a través del tiempo, y nadie sabe hasta cuándo habrá que seguirlos soportando. Puede decirse que, de un modo general, esos males subsisten por inercia: la solución se encuentra en manos de los ciudadanos, y la educación.
Un ejercicio de observación
Este simple ejercicio nos muestra por qué, desde hace décadas, somos víctimas de una decadencia constante. Quienes pasen por una villa cuenten cuántas plantas de tomates, frutales o lechugas ven plantadas. Cuenten, también, cuántos celulares, motos, zapatillas caras, personas obesas, cabellos teñidos, uñas y pestañas postizas, techos de chapa o plásticos. Cuántos colgados de la luz y cuantas antenas de DirecTV. Cuantas calles sin asfaltar, sin cloacas, arroyos contaminados por la cantidad de basura acumulada. Cuántos perros flacos, en vez de gallinas…Cuántos niños desnudos, flacos, arrugados antes de haber aprendido a tenerse en pie, hormiguean en el lodo de sus villas, larvas del infierno que aún vivos, ya fueron condenados. Cuantas madres adolescentes y a esto se agrega una plaga especial: la prostitución, la droga y el robo. Hijos de la “década ganada” que el vicio, el alcohol y la droga, consuela un instante en las noches siniestras de este anunciado naufragio y notarán que el problema, no es económico, el problema es cultural. Otro dato no menor, en cada elección, el peronismo siempre gana en las cárceles.
Tanto la pobreza como la miseria son distintas. La “pobreza” es un estado, del cual, si se desea, con esfuerzo, trabajo y sacrificio se sale. Digamos que hasta puede ser circunstancial. Pero la “miseria”, por su parte, es una “actitud”, es como poseer un espíritu maligno que cuando se apodera de la persona, no la suelta. La cultura del trabajo, del estudio y del sacrificio que nos dejaron nuestros abuelos y nuestros padres para progresar, ahí no existen desde hace varias generaciones y fueron fomentadas desde el mismo gobierno a través del asistencialismo.
La miseria no deja al ser humano pensar. Fueron décadas de dar “glamour” al descontrol. De creer que sólo es popular lo degradante. De pintar los edificios públicos o privados como una gesta o de creer que el orden es “represión” y no respeto por el otro. El peronismo en cualquiera de sus “sectas” ha sido una traba para el desarrollo del país. Cuando es gobierno, aplica políticas que ya se probaron ineficaces e incluso lo empeoran todo y cuando es oposición tiene suficiente poder fáctico para no dejar hacer.
Como parte necesaria de su plan de eliminación de todos los valores que podrían obstaculizar su obra destructora, el kirchnerismo relegó al olvido los fastos de la patria, y exaltó a la categoría de fiestas cívicas, los más variados aniversarios de su calendario trágico, que sus secuaces colonizados celebraban, para concordar, cometiendo toda clase de violencias, depredaciones y actos desagradables.
Similitudes con la Integración de Alemania Oriental
Aunque la situación política y económica de Argentina es diferente a la de Alemania en la época de la reunificación, existen, -según este modesto análisis- algunas similitudes interesantes entre el peronismo y la integración de Alemania Oriental que incluyen:
La importancia del liderazgo político: En ambos casos, el liderazgo político jugó un papel crucial en la promoción de la integración y la reunificación. En Alemania, el canciller Helmut Kohl fue fundamental en la negociación del Tratado de Unificación y en la implementación de políticas para promover la integración. En Argentina, los líderes tienen un papel importante en la promoción de políticas que busquen integrar a diferentes sectores de la sociedad.
La necesidad de inversión en infraestructura y desarrollo económico: La integración de Alemania Oriental requirió importantes inversiones en infraestructura y desarrollo económico. De manera similar, en Argentina, es necesario promover políticas que buscan invertir en infraestructura y desarrollo económico para promover el crecimiento y la integración de diferentes regiones del país.
La importancia de la educación y la formación: La educación y la formación son fundamentales para promover la integración y el desarrollo económico. En Alemania, se implementaron programas de formación y capacitación para los trabajadores de Alemania Oriental. En Argentina, se deben promover políticas que busquen mejorar la educación, la formación de los trabajadores y los profesionales de las distintas áreas formados en las universidades durante las últimas dos décadas.
La Batalla Cultural contra la Colonización Mental
La integración de Alemania Oriental y Occidental no sólo requirió políticas económicas, sino también una batalla cultural para superar las diferencias y promover la unidad. En Argentina, para cumplir sus finalidades, tanto el peronismo como el kirchnerismo tuvieron que contrariar los principios fundamentales de la nacionalidad y modificar a su gusto el curso de la historia argentina. Por su decisión, el declive de la educación comenzó en el gobierno de Perón, y luego con Carlos Menem, durante la gestión de Susana Decibe, a la que siguió Daniel Filmus. Luego continuó Alberto Sileoni, con el ministro Daniel Filmus que implementó el plan FinEs, denominado por los especialistas como "una estafa pedagógica".
Luego siguieron Nicolás Trotta, y Jaime Perczyk continuador de la línea Filmus-Sileoni. Los resultados marcan que la educación ha ido en franco deterioro, a pesar de que todos ellos, han mostrado sus estadísticas con excelentes resultados, lo cierto es que siempre nivelaron hacia abajo y nadie nunca les ha pedido explicaciones… Como decíamos ayer, hoy la realidad nos golpea con que existen chicos de 10 años que no saben leer ni escribir, incluso muchos de sus padres no finalizaron sus estudios. Estudiantes secundarias que no interpretan textos y universitarios que no saben resolver cálculos matemáticos simples. A esto se suman las 17 universidades inauguradas durante el gobierno de Cristina Fernández Vda. de Kirchner que, junto a escuelas primarias y secundarias, se convirtieron en centros de militancia y adoctrinamiento.
En Alemania, la reunificación requirió una serie de esfuerzos para promover la unidad y la reconciliación entre los alemanes orientales y occidentales.
Mientras tanto, el peronismo en los últimos ochenta años y su última versión, el kirchnerismo, han sido el vampiro de la República Argentina, anonadando la acción de un terreno para una gran cultura que estaba en desarrollo y era motivo de observación en todo el mundo. La hipocresía, las ideas sombrías, el sacrificio de inocentes, como la unión mística –“Para un peronista no nada mejor que otro peronista”- se hizo dueña del país, con la complicidad de políticos, periodistas militantes e historiadores que no estaban interesados en la verdad, sino en el poder y cómo mantenerlo. Planes, programas, libros, métodos de clase, trabajos, instrucciones, reglamentaciones, ceremonias, congresos, conferencias, exposiciones, subsidios, todo fue empleado para realizar esa obra de deformación y unificación mental, destinada a facilitar la preparación de los elementos que el régimen necesitaba para perpetuarse indefinidamente en el poder, pues entre ellos reclutará, más tarde, a sus fanáticos dirigentes, mientras los restantes formarían la sumisa masa que requiere todo régimen totalitario.
Nuestra sociedad no habría llegado a este estado, si el Poder Judicial no lo habría ignorado, actuado en tiempo y forma, mostrando a la sociedad los valores de los cuales el ciudadano y el funcionario, no deben apartarse. Hoy la justicia muestra, ante la sociedad toda, su grado de decadencia, su falta de credibilidad. La ambición y el dinero se ha tomado su tiempo para destruir el honor de las personas.
Muchos delincuentes, disfrutan de una vida de lujo, cuando existen evidencias creíbles, pruebas irrefutables que los condenan. La corrupción de nuestra sociedad ya no es un malestar, también asesina personas, estamos hablando de miles de vidas que mueren en la indigencia, por el narcotráfico y la ignorancia, mientras muchos dirigentes viven en la opulencia y hablando de lo que ellos no supieron o, deliberadamente, no quisieron hacer con un país rico en toda su extensión.
La Justicia en general y los fiscales en particular, deben desenvainar la espada, ya es tiempo. Las raíces de la nación están, como las del árbol, bajo tierra. Los muertos están vivos. Las generaciones pasadas alimentan a las generaciones presentes y nuestras calamidades son la ramificación de las calamidades antiguas, que no pudieron ser detenidas, desviadas o acabadas en su origen. “El interés aconseja, la moralidad ordena; nadie tiene la obligación de ser hábil, pero si ser honrado”, dijo Kant.
Vivimos en un futuro constante y todo lo que nos ligue al pasado es un obstáculo a la posibilidad de ser distintos. Cuanto más estemos atados al pasado menos podremos instalar en nuestras mentes la vitalidad creadora y fecunda para plasmar el porvenir. Sólo podremos afirmar que hemos vivido, cuando dejemos a las generaciones venideras más de lo que recibimos de la precedente.
Parece que algunos sectores de la vida nacional no han entendido la magnitud de la herencia recibida después de veinte años de “gobierno progresista”. Los mayores responsables del desastre que hoy padecemos fueron y son los políticos, por un lado, el poder sindical, y la justicia, por el otro. Los políticos por no haber actuado con la eficacia y la valentía necesarias y por no haber estado a la altura del compromiso histórico del momento que el país vivía y obligaba a observar. Los sindicatos porque ejercieron y ejercen el poder concretamente y ponen sus ideas en práctica, sus hombres fueron y son los socios de la hecatombe. Y la justicia por estar acomodada a los tiempos políticos. Se reclaman platos rotos que ellos mismos rompieron. Dicen que las cosas están mal, pero no aclaran que ya estaban muy, muy mal y se olvidan de destacar que ellos fueron los que la dejaron mal. Olvidan su sociedad y su concubinato en el fracaso del régimen que feneció con el resultado de las últimas elecciones. Olvidan sus culpas. Olvidan sus errores y reclaman soluciones de cuya puesta en práctica fueron y son ellos responsables.
El peronismo está en una constante vuelta al pasado, protagonizada por escaramuzas verbales que sólo conducen a la distracción de los verdaderos problemas que nos angustian como sociedad. Sus dirigentes, lamentablemente, no miran al futuro. En las últimas décadas el peronismo ha banalizado todo lo que ha gestionado: han banalizado la pobreza, la política, la palabra, la justicia, el periodismo, la educación, la deserción escolar, la desocupación, la salud, la honorabilidad, la cultura, los derechos humanos, el idioma, la moneda y el sexo.
“Honorable” proviene de “honor”, una palabra con origen en el latín honoris y describe cualidades como la rectitud, la decencia, la dignidad, y el respeto, que deben tener las personas que ejercen un cargo público.
El patriotismo debe ser una emulación colectiva para que la propia nación ascienda a las virtudes de que dan ejemplo otras mejores; nunca debe ser envidia colectiva que haga sufrir de la ajena superioridad y mueva a desear el alejamiento de los otros hasta el propio nivel. Mientras un país no es Patria, sus habitantes no constituyen una nación. Los tránsfugas de la moral, ajenos a la sociedad en que viven, no pueden concebirlo, los esclavos y los ciervos tienen apenas un país natal. Sólo el hombre digno y libre puede tener una Patria.
En conclusión, la reunificación de Alemania Oriental y Occidental es un ejemplo de cómo dos regiones con sistemas políticos y económicos diferentes pueden integrarse y promover el desarrollo económico y la unidad. Aunque existen similitudes entre el peronismo y la integración de Alemania Oriental, cada contexto es único y requiere de políticas y estrategias específicas. Sin embargo, la importancia del liderazgo político, la inversión en infraestructura y desarrollo económico, la educación y la formación, son fundamentales para promover la integración y el desarrollo económico en cualquier contexto.
Ha llegado el momento, -y la Argentina lo necesita- de pensar en una nueva estructura política, demográfica y laboral, donde debe morir la vieja sociedad argentina, con sus privilegios y sus castas feudales en las distintas organizaciones. Los derechos del hombre deben marcar un nuevo mundo moral, donde desaparezca el siervo y debe nacer un nuevo ciudadano con derechos, pero también con obligaciones y el principio de autoridad pierda la aureola que le ciñeron la ignorancia y el servilismo.