lunes, 7 de marzo de 2016

Fuerte vendaval político en Brasil

El llamado de Lula a "salir a la calle" agrava la polarización de la sociedad. Decidido a pasar a la ofensiva luego de su arresto para interrogarlo, el líder del PT tiene enfrente a la clase media urbana. Lula da Silva está decidido, luego de su arresto temporal con interrogatorio en sede policial del viernes pasado, a sacar las bases de su Partido de los Trabajadores (PT) a las calles para que le den su respaldo contra "la persecución judicial" que dice sufrir. Mañana está anunciada una marcha. A la vez, la oposición prepara una manifestación para el próximo domingo contra Lula y la presidenta Dilma Rousseff. Ayer, unos 200 militantes del PT se manifestaron frente a la sede de la cadena Globo en Rio de Janeiro para denunciar "la persecución de los medios". "Si atacan a Lula, me atacan a mí", gritaban los manifestantes con banderas rojas del Partido de los Trabajadores, fundado por Lula. A la vez, dos de las principales sedes del PT fueron atacadas el fin de semana, mientras grupos oficialistas y opositores anunciaron nuevas movilizaciones a favor y en contra del gobierno en relación con el escándalo de corrupción. Graffitis como "Basta de corrupción" y "País de la impunidad" aparecieron esta mañana sobre el frente de la sede del directorio nacional del PT, en San Pablo. Lula y el presidente del PT, Rui Falcao, llamaron a los militantes a salir a las calles y enfrentar las "arbitrariedades" que, según ellos, cometen quienes investigan el desvío de más de 2.000 millones de dólares de Petrobras. Un dato que quedó en segundo plano pero que es clave en las investigaciones contra Lula y Dilma es la declaración del senador Elcidio Amaral, detenido por la investigación Petrobras en noviembre. El jueves, acusó a Lula y Dilma de estar al tanto de los manejos ilícitos en la petrolera. Amaral era jefe de bloque del oficialista PT hasta su arresto.

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