Iglesias, antes de diciembre, "cuando no lo discriminaban", de izquierda a derecha con sus "amigos" CFK, Scioli y Pulti.
Durante muchos años Florencio Aldrey Iglesias fue el personaje más temido por gran parte de la dirigencia política marplatense. Es el dueño del multimedio mas poderoso de la ciudad y de la quinta sección electoral (diarios, canales y radios) al que muchos opositores del intendente de turno criticaban, pero si ganaban la elección rapidamente comenzaban a atenderle el teléfono. Cada llamada del "Gallego" era seguramente para solicitar un nuevo negocio al que el flamante intendente generalmente accedía. Se comenta que hasta CFK tan comprometida en la pelea contra los multimedios en Buenos Aires, en la ciudad atlántica y por sugerencia de Scioli, al dueño casi monopólico de medios lo adoptó como un amigo o socio. En esta jugaron el gobernador de la onda naranja y el último intendente (empleado del Gallego) Pulti. Hasta llegaron a ponerle a una obra pública el nombre del Emperador (como si fuera un patriota). Bueno, esta etapa con el actual intendente Arroyo, (parece haber marcado el comienzo del final de este imperio del que nunca quedó claro quien era el verdadero dueño, algunos buscaban a su propietario en Galicia, donde había otro gallego mucho mas importante que este y otros después empezaron a creer en una supuesta sociedad entre el hombre de la lancha, el intendente de turno y el conocido "patriota" marplatense). Es que el actual jefe comunal lo trata como a cualquier empresario de la ciudad, sin los privilegios anteriores y esto para el mal acostumbrado Florencio es discriminación. De esto habla por estas horas porque le clausuraron el Hotel Hermitage. Como aclara Adrián Coalli, director de Inspección General: "esta inspección se encaró en todos los hoteles cinco estrellas. Es algo que hacemos todos los años, apenas terminamos la temporada". Aclaración: Iglesias sabe esto, pero en sus hoteles no ocurría habitualmente como si pasaba en los otros. Lo lamentable es que parte de la vieja dirigencia política, tal vez por gauchadas del pasado salio a hablar de venganza o persecución política. La ciudad no se merece este tipo de empresarios, tampoco a este coro de aplaudidores obsecuentes de un pasado que ya fue.
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