No hay una sola voz entre los que luchan por un cambio político en Nicaragua que no haya manifestado su tristeza por el golpe que significó la noticia del traslado de monseñor Silvio Báez. Obispo auxiliar de Managua desde 2009, se convirtió en un emblema para los cientos de miles de manifestantes que desde abril del año pasado están en la calle pidiendo la renuncia de Daniel Ortega. Báez, de 60 años, denunció una y otra vez la brutal represión policial y parapolicial, que dejó al menos 325 muertos, cientos de presos políticos y miles de exiliados. A diferencia de otros miembros de la jerarquía eclesiástica, que prefieren evitar la confrontación directa con el poder, este sacerdote con 34 años de experiencia sostiene que Nicaragua "vive desde hace muchos años en dictadura".
viernes, 12 de abril de 2019
Papa Francisco, en Nicaragua igual que en Venezuela
No hay una sola voz entre los que luchan por un cambio político en Nicaragua que no haya manifestado su tristeza por el golpe que significó la noticia del traslado de monseñor Silvio Báez. Obispo auxiliar de Managua desde 2009, se convirtió en un emblema para los cientos de miles de manifestantes que desde abril del año pasado están en la calle pidiendo la renuncia de Daniel Ortega. Báez, de 60 años, denunció una y otra vez la brutal represión policial y parapolicial, que dejó al menos 325 muertos, cientos de presos políticos y miles de exiliados. A diferencia de otros miembros de la jerarquía eclesiástica, que prefieren evitar la confrontación directa con el poder, este sacerdote con 34 años de experiencia sostiene que Nicaragua "vive desde hace muchos años en dictadura".
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