Por Miguel Saredi
En estos días, además de revalorizar el rol de los Municipios, y de los Intendentes, que tuvieron que hacerse cargo de la mayor parte de los problemas sanitarios y económicos de cada una de sus localidades; la cantidad de contagios y muertos volvía a poner sobre el tapete la inutilidad de las llamadas urbanizaciones de villas y asentamientos, tanto en CABA como en el Gran Buenos Aires.
Las condiciones injustas – en especial en la Provincia de Buenos Aires- primero perjudicada por la coparticipación, y además porque sus Municipios no gozan ni siquiera de la autonomía, que les da el artículo 123 de la Constitución Nacional, lleva a consolidar la pobreza y aumentar año tras año.
En La Matanza, hay más de 120 villas y asentamientos y no sabemos exactamente pero de 7 a 9 chicos en condiciones de absoluta marginalidad e indigencia.
Hay en todos esos barrios como en gran parte de nuestro conurbano bonaerense una gran desigualdad, en materia de salud, y ni hablar en materia educativa.
No hay zoom, ni educación a distancia, o “Home Schooling” como en algunas partes de zonas nortes o en CABA, en la enorme mayoría de nuestras barriadas. No hay ni siquiera conectividad, ni computadoras, ni equipos o celulares adecuados en sus casa.
No hay zoom, ni educación a distancia, o “Home Schooling” como en algunas partes de zonas nortes o en CABA, en la enorme mayoría de nuestras barriadas. No hay ni siquiera conectividad, ni computadoras, ni equipos o celulares adecuados en sus casa.
Allí nuestras familias tienen la mínima supervivencia alimentaria, gracias a la obra de muchos: curitas, pastores, y también militantes políticos y sociales.
Además de madres y mujeres, muchas de ellas solas, en una tarea, que emociona.
Además de madres y mujeres, muchas de ellas solas, en una tarea, que emociona.
La pandemia demuestra que no hay solución ni combate posible a la pobreza estructural sin descentralización y refundación de barrios, localidades y hasta nuevas ciudades en el interior, en nuestro caso de la Provincia de Buenos Aires.
La difusión y la restauración de la propiedad, dando terrenos, tierras, y viviendas genuinas, a cientos de miles de argentinos, es lo único que puede combatir la marginalidad.
La propiedad de un lugar digno, cambia radicalmente la vida de las familias, en un ámbito diferente al desastre que se ha hecho mal por generaciones, tanto física como culturalmente.
Si seguimos con la concentración poblacional, alentando falsas urbanizaciones de villas y asentamientos, sólo llevaremos a miles de argentinos a vivir en condiciones infrahumanas.
No es culpa de los militantes sociales, o pastores religiosos, que trabajan en la temática, pues lo de ellos es la opción preferencial por los que más sufren, y estar en la urgencia; sino de la clase política, que debemos buscar soluciones de fondo, en el terreno demográfico, urbanístico y estratégico.
Dr Miguel Saredi
Pte bloque Partido Federal La Matanza
Pte bloque Partido Federal La Matanza
Candidato a Vicegobernador Consenso Federal
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