jueves, 25 de diciembre de 2025

Ni un campeón del mundo puede criticar a Putin

Rusia ordenó la insólita detención de Garry Kasparov por 'justificación del terrorismo' por criticar a Vladimir Putin.

Un tribunal de Moscú dictó prisión preventiva en ausencia contra el legendario ajedresista, uno de los princiaples opositores al régimen ruso que se encuentra exiliado desde 2022.

La Justicia rusa dio este miércoles un nuevo paso en su ya tradicional ofensiva contra la disidencia política al dictar una orden de detención en ausencia contra Garry Kasparov, ex campeón mundial de ajedrez y uno de los críticos más visibles del Kremlin. El Tribunal del Distrito de Zamoskvoretskiy, en Moscú, lo acusó de "justificación pública del terrorismo", un delito grave contemplado en el Código Penal ruso que prevé penas de hasta siete años de prisión.

La resolución incluye una prisión preventiva de dos meses, la cual solo se hará efectiva en caso de que Kasparov sea detenido en territorio ruso o extraditado desde otro país. Desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania en 2022, el ex ajedrecista reside fuera de Rusia, tras denunciar riesgos de persecución política por su enfrentamiento abierto con el presidente Vladimir Putin.

A sus 62 años, Kasparov es una figura emblemática tanto del ajedrez mundial como de la oposición rusa en el exilio. En la última década, y con mayor intensidad tras el estallido del conflicto en Ucrania, participó activamente en foros internacionales, congresos de la oposición y movimientos prodemocracia, con duras críticas al autoritarismo del Kremlin y a su política exterior.

Según las autoridades rusas, las acusaciones se basan en declaraciones públicas y publicaciones que, a criterio del Estado, constituyen incitación o justificación de actos terroristas. El proceso se apoya en el Artículo 205.2 del Código Penal, una figura legal que en los últimos años ha sido utilizada de manera recurrente para penalizar expresiones consideradas "extremistas" o contrarias al gobierno.

En paralelo, el Ministerio de Justicia de Rusia ya había incluido a Kasparov en la lista de "agentes extranjeros" y en un registro oficial que lo identifica como terrorista o extremista, una calificación que restringe severamente cualquier tipo de actividad pública, política o digital vinculada a su figura.

Para analistas y organizaciones internacionales, el caso no responde a un hecho aislado, sino a una estrategia política destinada a silenciar a uno de los opositores más influyentes de Putin en el escenario global. La figura de Kasparov, habitual expositor en foros europeos y estadounidenses, se convirtió en un símbolo de la crítica al régimen ruso y, al mismo tiempo, en un blanco permanente de las autoridades.

El uso de cargos vinculados al terrorismo, el extremismo o la condición de "agente extranjero" se repite en Rusia desde hace años como herramienta para perseguir a referentes opositores, organizaciones civiles y periodistas independientes. Diversos organismos de derechos humanos denunciaron que estas leyes funcionan como mecanismos de control político y restricción de la libertad de expresión, en un contexto de creciente represión interna y cierre del espacio democrático.

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