Julio Grondona intentará iniciar hoy su noveno período al frente de la AFA. Será ungido por aclamación durante la Asamblea General Ordinaria que se desarrollará en el edificio de la calle Viamonte a partir de las 20. Pese a no tener oposición para el cargo y haber superado en la justicia casi todos los recursos de amparo en contra de las elecciones, el veterano caudillo de Sarandí no disfrutó de las últimas horas. Su nombre apareció en nuevas asonadas mediáticas, que cuestionaron su patrimonio, le endilgaron cuentas millonarias en Suiza y lo acusaron de ser "partícipe de una administración fraudulenta" y ahora un juez quiere que voten todos los clubes del país. A los 80 años, Grondona se debate entre el bronce, que le adjudican sus acólitos, y el barro.
La etapa que se inicia también estará marcada por los homenajes. El primero será en pocos días, el 11 de noviembre, cuando Argentina juegue frente a Bolivia por las eliminatorias sudamericanas. Lo mismo ocurrirá cada vez que el veterano caudillo pise alguna provincia. Y tiene reservado en la FIFA (allí donde revista como vicepresidente primero) el premio gordo: una estatua con apliques de plata que mide casi el doble que él mismo, tres metros y medio. Un monumento similar, aunque de menor tamaño, se proyecta en Buenos Aires.
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