Los agentes españoles trabajan contra reloj para ultimar el plan para controlar a las dos aficiones argentinas. La Policía Nacional y la Delegación del Gobierno en Madrid trabajan contra reloj para ultimar el dispositivo de seguridad del partido que enfrentará el próximo 9 de diciembre a River Plate y Boca Juniors en el estadio Santiago Bernabéu. Los agentes de Seguridad Ciudadana reconocen que se enfrentan a un encuentro de alto riesgo, en el que las aficiones no están controladas con antelación, y se desconoce el número exacto de personas que acudirán al estadio. A ello se une la existencia de hinchas radicales en ambos clubes, que ya han protagonizado actos violentos en Argentina. Según la Conmebol, la policía española ya conoce la identidad de los hinchas que tienen prohibida la entrada al estadio. Uno de los principales problemas al que se enfrentan los agentes es que Madrid se hallará esos días en pleno puente de la Constitución, cuando la ciudad recibe miles de visitantes. En ediciones anteriores, se ha calculado que llegaron hasta 600.000 turistas, en su mayoría españoles. Este alto número de personas, unido a los propios residentes en Madrid, hace que las zonas más céntricas de la capital se colapsen. Esto se traduce en un fuerte despliegue de todas las unidades de Seguridad Ciudadana, en especial de la de Intervención Policial (UIP, los antidisturbios) en estos lugares. Esto incluye los intercambiadores de transporte, las estaciones de tren y autobús y el aeropuerto. A ello se une que España se encuentra en nivel 4 de alerta de la lucha antiterrorista, por lo que es necesario mantener la presencia de agentes en los puntos estratégicos, con el consiguiente detrimento para otros actos, como la final de la Copa Libertadores. “Trabajamos a toda velocidad, porque montar un dispositivo de estas características es muy difícil. Hay que evaluar muchos riesgos”, afirma un mando policial.
Fuente: El País de Madrid
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