Acompañado por su esposa, Juliana Awada, el jefe del Estado llegó por la calle lateral de la Catedral y recibió una tibia bienvenida. "Sí, se puede", le gritaron. Macri se ubicó al lado del gobernador Juan Manuel Urtubey y su esposa, Isabel Macedo, quienes habían llegado minutos antes.
Macri viajó a Salta junto al senador Esteban Bullrich y el secretario de Culto, Alfredo Abriani, que lo acompañan en la celebración.
La misa comenzó a las 10 y en primera fila se podía ver al presidente Macri y la primera dama, al lado del gobernador y candidato a vicepresidente de Consenso Federal, Juan Manuel Urtubey.
El Presidente fue invitado por el obispo Mario Cargnello, pero su presencia abrió una grieta en la iglesia salteña. El presbítero Raúl Méndez salió al cruce y recomendó que el mandatario "nos deje tranquilos" y se dedique a "resolver los graves problemas en que nos embarcó".
Macri llegó junto al senador Esteban Bullrich y el secretario de Culto, Alfredo Abriani.
"Permítame hacer propicia la oportunidad para saludarlo y renovarle mis expresiones de confianza en usted y en su gestión y mi compromiso de rezar por su servicio desinteresado al bien común de todos los argentinos", dice la carta del Obispo.
Pese al malestar de Méndez, el diácono Daniel Ochoa, a cargo parte de la organización de la festividad, explicó a El Tribuno que la invitación a las autoridades civiles (entre ellas el Presidente) es una cuestión de protocolo que se cumple todos los años.
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