viernes, 1 de noviembre de 2019

“Yo te apuesto lo que quieras que ni Arroyo, ni Baragiola, ni Pulti van a ser o a volver a ser intendentes de Mar del Plata”

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Esta frase tiene más de un año. La dijo el jefe de campaña de Guillermo Montenegro, Alejandro Rabinovich, quien en ese entonces ya anticipaba que la elección del último domingo se iba a definir entre el exministro porteño y la referente del Frente de Todos. En ese entonces, ninguno de los dos tenía alto nivel de conocimiento y la tradición política de Mar del Plata parecía favorecer a los apellidos más conocidos. Sin embargo, el “Ruso” aseguraba que en los estudios que realizaban los laboratorios del Pro en Mar del Plata se advertía algo que no se veía en otros lugares del país: “La gente no aprueba a los nombres de siempre. Quiere caras nuevas”.
Los resultados de las elecciones generales le dieron la razón: Montenegro se convirtió en el intendente electo en un final cerradísimo ante Raverta. El diputado nacional ganó por 11.126 votos, según el escrutinio provisorio.
Gustavo Pulti, que había tenido una buena performance en las Paso del 11 de agosto, no pudo sostener los votos. Carlos Arroyo profundizó su estrepitosa caída, sin precedente en la historia de Mar del Plata: de hacer obtenido 176 mil votos en 2015, el domingo apenas tuvo el apoyo de poco más de 15 mil marplatenses. Y Vilma Baragiola, por segunda vez consecutiva, ni siquiera tuvo la posibilidad de ser candidata a intendenta: al igual que en 2015, perdió la Paso.
Como informa 0223.com.ar, María Fernanda Raverta y Guillermo Tristan Montenegro nunca se habían postulado para un cargo electivo en Mar del Plata. Ocuparon cargos de relevancia fuera de la ciudad, actualmente los dos son diputados nacionales. Sin embargo, entre los dos obtuvieron casi el 80% de los votos este domingo. Y dieron el puntapié inicial para una nueva etapa en la política de Mar del Plata.

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