Desde hace una semana, en San José del Rincón se permite retomar la obra privada

Son cerca de 80 las obras que contaban con permiso previo al aislamiento y que pueden reiniciar sus actividades. Como muchas localidades del resto del país, lejanas de las grandes urbes, en San José del Rincón se habilitó el reinicio de la obra privada. La medida rige para trabajos que contaban con autorización municipal antes de la sanción del aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por el Gobierno Nacional. Para retomar las obras, entre otros puntos, el protocolo señala que se debe realizar un pedido específico al municipio, declaración jurada mediante, en el que se indicarán los datos de las personas que asistirán a trabajar, y a quienes deberán proveer de los elementos de resguardo e higiene correspondientes, según los protocolos de trabajo provinciales y nacionales. Sobre esta medida, el intendente Silvio González enfatizó en la necesidad de priorizar y resguardar ante todo la salud de la comunidad rinconera, sin dejar de prestar especial atención a las necesidades y demandas sociales y económicas cada vez más crecientes en la comunidad. “La decisión de habilitar la obra privada parte de la situación sanitaria actual en nuestra ciudad, y la preocupación cada vez más latente por la situación económica de las familias rinconeras. Entendemos que nuestra escala nos permite tomar esta medida, siempre y cuando el propietario lo decida y se presenten los papeles y permisos correspondientes”. En San José del Rincón son cerca de 80 las obras en condiciones de reiniciarse, lo que supone la reincorporación al mercado laboral de 320 rinconeros y rinconeras. Al respecto, el Intendente explicó que el decreto “expresa la prioridad en la mano de obra local, y la necesidad de evitar la movilización de personas ajenas a nuestra ciudad para reducir los riesgos de contagio ante la pandemia”. Protocolo: El reinicio de las obras será decisión del propietario. Además, la medida contempla la restricción del personal permitido atendiendo a los metros cuadrados declarados en la habilitación, con el objetivo de preservar el distanciamiento físico entre los trabajadores en espacios cerrados y abiertos. También, se deberán promover hábitos de salud e higiene, y garantizar el acceso a baños y elementos para la higiene permanente durante las horas de trabajo, así como organizar el espacio con áreas específicas para descanso y almuerzo. El protocolo de excepción se enmarca en las medidas adoptadas ante el aislamiento social, preventivo y obligatorio que rigen en nuestro país, por lo cual todas las personas que sean postuladas por los propietarios o profesionales para cada obra, deberán contar con permiso de circulación obligatorio, así como la utilización de tapaboca correspondiente. Además, cada uno deberá llevar su propia vianda de alimentos, así como su equipo de mate y, en lo posible, elementos de higiene personal. En esa línea, para cuidar la salud de la ciudadanía, se debe restringir la participación de personas de riesgo (entre ellas, mayores de 60 años o con problemas de base respiratorias o diabetes). Además, la normativa estipula que en obras que no excedan los 300 m podrán trabajar hasta cinco personas en simultáneo, mientras que al interior de la obra debe haber un trabajador cada 6 m2 a fin de guardar la distancia preventiva mínima de 1,5 metros y evitar las concentraciones de 10 personas en lugares cerrados.