Zona más poblada de Uruguay en situación "muy crítica" de déficit hídrico - SWI swissinfo.ch
Por Ricardo Bianchi
Con una población de un millón cuatrocientas mil personas, Montevideo vive la faltante de agua potable más importante de los últimos setenta años.
El agua es el bien material supremo, por encima de cualquier otro, para la vida. Cuando uno tiene el hábito de consumirla y usarla a voluntad, no toma conciencia de lo que es disponer de este insumo básico.
Pero cuando ocurren acontecimientos como el presente, que afectan profundamente el hábito de vida y dejan expuestas nuestras necesidades más esenciales, volvemos a rebobinar sobre el porqué no se realizaron las obras necesarias que hubieran impedido llegar a esta situación tan extrema.
Pero por encima de repartir culpas, los responsables y encargados de superar este amargo trance, deben abocarse de lleno a tomar las medidas conducentes para poner las cosas en orden en el menor tiempo posible e instalar las bases para que no se repitan estos desaciertos, planificando y ejecutando lo que corresponda con miras al futuro donde, con seguridad, los cambios climáticos incidirán en nuestra existencia de distintas formas.
Por fuera de la geografía de Montevideo y la República de Uruguay, vivimos nosotros, sus vecinos, los que no podemos jugar solo el papel de espectadores pasivos. Tenemos la obligación moral de sacar la solidaridad a flote, por más que este durmiendo subyacente bajo la piel dura de un giro social ideológico, que viene como un sunami expandiéndose desde muchos rincones del mundo, hacia el espectro de lo que se denomina “la derecha”.
La solidaridad humana es un bien supremo que tiene la virtud de ser contagiosa cuando la misma se pone en marcha. Está visto en muchos antecedentes que nos regala la historia de nuestro país y del mundo.
No hacen falta consideraciones muy profundas ni recapitulaciones extensas.
Lo que se necesita urgentemente es la acción a partir de algunas ideas e iniciativas.
Aquí desplegamos una, seguramente habrá muchas otras, de la cual habrá que comprobar su viabilidad en el menor tiempo posible.
Se trata de disponer en ayuda del pueblo hermano, del agua potable que las plantas de tratamiento de aguas de Rosario y Buenos Aires, provenientes del Río Paraná, del margen excedente que todo proceso reserva para situaciones extremas dentro del radio de actuación, para derivarlo, vía buques cisternas a la ciudad de Montevideo, superando las dificultades técnicas, como sería la carga de agua potable a las naves por un proceso de reversa.
Si los informes técnicos de las plantas referidas, confirman que pueden disponer de ese margen, los volúmenes pueda que no suplan la totalidad de las necesidades de las habitantes de Montevideo, pero seguramente obrarán como incentivo para broten otras iniciativas dentro de la misma Argentina u otro país como Brasil.
Las estimaciones de la crisis hídrica dicen que, por lo menos, para lospróximos 30 días o más, esta situación de faltante seguirá igual o peor.
Si queremos hacer algo al respecto debemos ponernos en marcha ya, sin dilaciones ni consideraciones de ningún aspecto, como pueden ser las diferencias geopolíticas transitorias que hoy se hacen visibles sobre la región latinoamericana.
Debe privar, sobre todo, el sentido de hermandad y el destino en común que tienen nuestros pueblos, nos acompaña la historia y el futuro.
Si podemos dar una mano al otro, hagámoslo, cuando lo hacemos nos convertimos nosotros mismos en mejores personas.
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