Sciolista, vidalista, cambiemita y libertaria, los antecedentes de la diputada dejan en claro que su trampolín político no se debe a la presentación de proyectos o establecer brillantes ideas, sino a su olfato político para saltar de un espacio a otro sin ponerse colorada.
Es indudable que el “caso Píparo”, que nació en aquella tremenda tragedia que le costó la vida a su bebé en una salidera bancaria, se ha transformado año tras año en una novela grotesca donde se entremezclan situaciones políticas-policiales confusas e inexplicables.
A nadie a esta altura, puede asombrarle que haya cambiado nuevamente de partido político (con distintos alineamientos ideológicos) y que hoy con la “franquicia” del afamado Javier Milei se haya apropiado de establecer los lugares de las listas de candidatos dejando de lado a los militantes que habían construido su espacio luego de años de arduo trabajo.
Desesperada búsqueda
Conocida la noticia del rotundo “no” de Guillermo Britos, actual intendente de Chivilcoy, al cargo de gobernador en la lista de La Libertad Avanza; Carolina Píparo que ya se consideraba la futura intendenta de La Plata ocupó ese lugar iniciándose una serie de situaciones inusuales y bochornosas en la búsqueda de su reemplazante para el sillón de calle 12.
Y no era para menos. Porque horas antes y debido a su “falta de diálogo y diferencias de criterio” según los dichos del abogado penalista Marcelo Peña (elegido por los militantes del espacio para encabezar la lista) el espacio de los libertarios había quedado totalmente desarmado.
“Ella pretendía incluir en la lista de concejales a dos de sus asesores y no estaba dispuesto a dejar a la militancia que tanto había trabajado para el espacio” destacó el abogado.
Finalmente y ante la negativa de “potenciales candidatos” y el poco espacio de tiempo que quedaba, Píparo decidió que el lugar lo ocupara uno de sus colaboradores: Luciano Guma.
De tan solo 25 años y fanático de Roca, Guma en sus pocos contactos con los medios ratificó que era un “empleado” de la actual diputada nacional y que “lo había sorprendido la decisión tomada”.
Una vida a “los saltos”
Lo cierto es que, salvo por su historia personal, no se le conocen grandes antecedentes a Carolina Píparo para ser hoy candidata a gobernadora de tamaña provincia.
Sus antecedentes dejan en claro que su trampolín político no se debe a la presentación de proyectos o establecer brillantes ideas, sino a su olfato político para saltar de un espacio a otro sin ponerse colorada.
Después del trágico suceso, en abril del 2011 fue beneficiada por quien era el gobernador, Daniel Scioli, con un puesto como personal del Banco Provincia para, un año después, ser designada sin concurso de ninguna índole, subjefa de departamento y cuatro años después de su ingreso es nombrada Jefa de División del Banco Provincia en un lapso tan rápido que sus compañeros no recuerden algún otro caso.
Sin embargo, y como por arte de magia y ya en el gobierno de María Eugenia Vidal, pasa a la comisión de la Fundación Banco Provincia aunque pide licencia para ser asesora de la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación.
Pero su maratónico ascenso no se detuvo allí, en el 2019 la funcionaria que ya se declaraba ferviente admiradora de Julio Garro, asume el cargo de “Secretaria de Asistencia a las Víctimas y Prevención de la Violencia de Género” en la Municipalidad de La Plata ante el asombro de los empleados que afirmaron no verla jamás en el Pasaje Dardo Rocha, sede donde se encontraba la oficina.
Su paso de Scioli a Vidal y la supuesta fidelidad a Julio Garro le permitieron ganar la confianza de los dirigentes de Cambiemos siendo electa Diputada Nacional en el 2017.
Sin embargo lejos de ser leal al partido que la llevó a semejante lugar, pegó un nuevo portazo para sumarse al partido Avanza Libertad y pegarse a José Luis Espert logrando acceder en el 2021 al cargo de Diputada Nacional que aún ostenta.
Pero su paso por el partido liberal duro muy poco y según su versión es "debido a visiones política incompatibles" conformando el monobloque “Buenos Aires Libre”.
“Mi sueño es ser intendenta de La Plata” repetía en cada entrevista y en poco tiempo pegó un nuevo volantazo para meterse de lleno en la “ruta Milei” y conseguir, de rebote, el premio más importante: precandidata a gobernadora.
A horas del cierre de listas un papelón político que pocos podrán olvidar en una novela que seguramente contará con más capítulos.
Fuente: la Tecla
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