lunes, 29 de julio de 2019

Cuando el venezolano está por caer, Evo Morales se perfila como el nuevo Maduro ?

Rusia, China e Irán encuentran otro aliado en la región. Pululan la región en busca de otro espacio donde sentirse cómodos. Sobre todo dónde podrían obtener facilidades como las que consiguieron en tiempos de Hugo Chávez y Maduro.
Las imágenes de un sonriente presidente boliviano con Vladimir Putin y con el canciller iraní Mohammad Javad Zarif recorrieron todos los medios locales y encendieron alguna alarma. 
¿Conoce Morales algo acerca de la vinculación de la teocracia en los ataques terroristas en Buenos Aires en 1992 y 1994? ¿Hasta dónde les facilitará el acceso a sus bienes minerales estratégicos?
Morales se encamina a una nueva reelección pese a que la Constitución Política del Estado se lo prohíbe y a que el pueblo boliviano fue concluyente en un referéndum al que el propio interesado había convocado el 21 de febrero de 2016.
La carta de presentación de Evo es atractiva: mantiene el control total de los nervios del estado, debilidad institucional, una justicia obediente, una oposición maniatada y una impostada afinidad política e ideológica común. 
Al menos en la retórica. Incluso, el patrón del Palacio Quemado hizo los deberes desde un comienzo: fue de los primeros en expulsar a la delegación diplomática de los Estados Unidos y a los incómodos miembros de la DEA. Fue en septiembre y noviembre de 2008. 
Desde aquella época se siente más liviano. Sus socios de entonces, Fidel Castro y Chávez lo alentaron y sostuvieron.

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