El líder opositor ruso Alexéi Navalni acusa al presidente ruso, Vladímir Putin, de ser el responsable de su envenenamiento con un agente nervioso del grupo Novichok en una entrevista que publica hoy "Der Spiegel" en la que confirma su intención de regresar a Rusia para continuar su activismo político.
"Sostengo que detrás de los hechos está Putin y no tengo otras versiones de lo ocurrido", dijo al semanario, antes de subrayar que "el dato más importante es Novichok".Según Navalni, "sólo tres personas" pueden haber dado la orden de utilizarlo: el jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), el del Servicio de Espionaje Exterior (SVR) y también el del servicio de inteligencia militar de Rusia (GRU).
El que conoce la realidad rusa sabe también que "una decisión así no se puede tomar sin la orden de Putin", porque le están subordinados, indicó.
"Si no fue él, todo sería aún más grave. Un vaso de Novichok es suficiente para envenenar a todos los pasajeros de una estación de metro grande de Berlín. Si el acceso a este agente de guerra no está en la mano de tres personas, sino de treinta, sería una amenaza global. Eso sería horrible", argumentó.
Navalni, que fue dado de alta la semana pasada del hospital berlinés de la Charité después de recibir tratamiento durante 32 días, señaló que los médicos piensan que podrá recuperarse en un 90 %, quizás incluso en un 100 %, y agregó que de hecho es "algo así como un conejillo de indias".
"No hay tanta gente de la que se pueda observar cómo siguen viviendo después de un envenenamiento con un agente nervioso", dijo, al tiempo que advirtió de que "la cúpula rusa ha desarrollado una tendencia a los envenenamientos que no abandonará tan pronto".
NO REGRESAR A RUSIA "SIGNIFICARÍA QUE PUTIN LOGRÓ SU OBJETIVO"
Respecto a sus planes futuros, Navalni aseguró que no le hará a Putin "el regalo de no regresar a Rusia".
"Me alegra que nadie de mi entorno haya pensado que no iba a regresar. No regresar significaría que Putin logró su objetivo. Y mi tarea ahora es seguir siendo el tipo que no tiene miedo. ¡Y no tengo miedo!, aseguró.
Agregó que no tiene ningún interés en "la tontería del emigrante" ni de ser "líder opositor en el exilio".
Respecto al debate en torno a la posible suspensión del proyecto Nord Stream 2, el gasoducto que llevará gas ruso a Alemania por el fondo del mar Báltico, Navalni señaló que eso es asunto de Alemania y que es ese país el que tiene que tomar la decisión.
En toco caso, expresó su convencimiento de que "sanciones contra Rusia en su conjunto no sirven", sino sólo las que se apliquen contra "delincuentes concretos". Una medida, aseguró, "que saludaría el 95 % de los rusos".
"A pesar de todas las sanciones impuestas esta gente se sigue sintiendo bastante bien en Occidente. Mientras la elite rusa pueda seguir utilizando la infraestructura de Europa, no cambiará nada", afirmó.
UNA PROFUNDA BRECHA EN LAS RELACIONES ENTRE ALEMANIA Y RUSIA
El líder opositor se refirió asimismo a la visita que le hizo en el hospital la canciller alemana, Angela Merkel, que calificó de "gesto", al tiempo que subrayó el "profundo conocimiento" que tiene de lo que ocurre en Rusia.
"Mi impresión de la conversación con Angela Merkel es que no necesita consejos de mi parte", afirmó, aunque precisó que "toda estrategia hacia Rusia debe tomar en cuenta el estado de locura que ha alcanzado Putin".
Navalni recordó que "entre Alemania y Rusia siempre ha existido una relación especial, razón por la cual durante mucho tiempo estaba descartado que Putin arriesgara un conflicto con Berlín".
"Eso se acabó, al igual que aquellos tiempos en los que uno no se podía imaginar que en Rusia fueran posibles los asesinatos políticos", dijo.
Según el líder opositor, las "palabras sorprendentemente claras" del Gobierno alemán probablemente tiene menos que ver con su persona, que con "la constatación del peligroso rumbo que ha emprendido Rusia", agregó.
El mismo día en que Navalni fue ingresado en un hospital de la ciudad siberiana de Omsk tras sufrir un colapso durante un vuelo por un presunto envenenamiento, Merkel declaró que Alemania estaba dispuesta a ofrecer ayuda médica y asilo al líder opositor, algo que le agradeció durante su visita en el hospital.
"Le di las gracias por haber intercedido y dijo: 'Sólo cumplí con mi obligación'", explicó Navalni. (EFE)
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