Recuerdos del Mayor de Caballería Luis Noailles French
Mi mejor desfile
"A fines de 1933 volvíamos de la Cambai, situada al norte del río Mocoretá, en la provincia de Corrientes.
Luego de realizar unas maniobras muy lluviosas, atravesamos el nombrado río de 1.000 metros de ancho a nado, y 5 kilómetros de bañados; cansados y con la ropa húmeda.
A la cabeza de la columna marchaba el Teniente Coronel Donovan con su ayudante el Subteniente Espinosa. Atrás de ellos marchaba yo con la bandera de guerra enfundada; luego los 5 escuadrones.
Serían las 11 horas y el sol rajaba la tierra y la humedad era insoportable. Desde una lomada vimos un grupo de chicos, acompañados por una maestra de no más de 20 años de edad que corrían hacia el camino. Al fondo se divisaba una escuela rancho y su bandera.
El Teniente Coronel Donovan ordenó al corneta que dé órdenes de alto y el regimiento se detuvo. Luego hizo tocar prepararse para desfilar y a mí, me ordenó: Subteniente, desenfunde la bandera.
Hizo pasar la banda al frente y esperamos que la señorita maestra llegara con los chicos al alambrado.
Arrancó la banda y él se dirigió hacia el grupo de argentinos, saludando a la señorita y pidiéndole permiso para iniciar el desfile con su sable desenvainado.
Los chicos eran una sola boca abierta y la maestra lloraba,... digo mal, sollozaba.
Estábamos listos y todo el Regimiento 6° de Caballería rindió honores a ésa maestra y a sus alumnos, mientras las lágrimas brotaban silenciosas y ése grupo humano argentino miraba absorto a las armas de la Patria que reconocían sus sacrificios por hacer cada día algo por la Argentina.
Fue para mí el más brillante desfile de toda mí carrera militar, que hoy a mis 86 años (1998) me emociono hasta las lágrimas cuando recuerdo el momento que Dios me permitió vivir."
Fuentes:
- Diario del Viajero edición 1997. Cartas de lectores./Fundación Marambio
- www.lagazeta.com.ar
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