Tras recibir a especialistas, y con una única intervención de Oscar Parrilli, el oficialismo despachó la iniciativa. Un aliado clave anunció un dictamen propio. La semana próxima se trata en el recinto.
Tal como lo estimaba, el oficialismo en el Senado emitió este miércoles el dictamen del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo para reformar el Consejo de la Magistratura, ley que deberá aprobarse antes del 15 de abril por el Congreso según lo encomendó la Corte Suprema mediante un fallo dictado en diciembre pasado.
Luego de recibir a un grupo de especialistas que dieron sus opiniones, en nombre del Frente de Todos, el senador Oscar Parrilli anunció el pase a la firma del despacho y el respaldo del bloque al texto del Gobierno, que aspiran a tratar la próxima semana en el recinto.
El dato particular fue que un aliado clave del oficialismo, el rionegrino Alberto Weretilneck, anticipó que firmaría un dictamen propio, basado en un proyecto de su autoría.
Se sabe que la iniciativa oficial no cuenta con el respaldo del interbloque Juntos por el Cambio, compuesto por 33 miembros, y que la diferencia principal radica en la participación del presidente la Corte Suprema dentro del Consejo y la posibilidad de que éste lo presida. Con lo cual, el apoyo de los aliados resulta fundamental para el FdT si quiere aprobar la media sanción, para la cual requiere 37 votos y el bloque está compuesto por 35 integrantes.
En el cierre del plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Justicia y Asuntos Penales, Parrilli observó que “hay una campaña bastante instalada en desprestigiar a la política”, pero él está “convencido” de que “no la política partidaria, pero sí la política judicial la tienen que definir los legisladores, no las corporaciones“.
“No tiene que ser materia de la Corte, los jueces o los fiscales que definan cuál es la política judicial que debe existir para la sociedad argentina”, insistió y apuntó que “el desprestigio que hoy tiene la Corte y los jueces no se debe por responsabilidad de los políticos, se debe al propio accionar de los jueces y la Justicia”.
Basado en encuestas de la CELAC, el titular de la Comisión de Justicia precisó que “los jueces tienen 76% de imagen negativa y la Corte un 75%”, mientras que “un 64% de la gente piensa que la política es una herramienta para transformar la vida de la gente”.
Al recordar que como exfuncionario kirchnerista tuvo tuvo 10 causas en su contra, y ahora le quedan 2, el senador dijo: “Le pedí siempre a los jueces que me juzguen por las pruebas y no por la supuesta íntima convicción que ellos decían tener”. “Ahora hay muchos funcionarios de la gestión anterior que están siendo juzgados, investigados. Yo le pido a los jueces que no los traten a ellos como nos trataron a nosotros” que ” nos condenaban sin investigarnos, nos difamaban, nos desacreditaban, pedían que nos metieran presos por las dudas”, sostuvo.
El neuquino pidió que “si hay pruebas que los condenen, pero que si no hay pruebas que no los condenen”. “Esos son los jueces que necesitamos. No necesitamos jueces que decidan por la presión mediática, por la íntima convicción, o porque la gente cree que ‘fulano de tal es responsable o culpable’“, agregó.
Y completó que “el desprestigio de la Justicia la hicieron ellos mismos con el actuar y, sin dudas, también colaboró a eso cuando los organismos de inteligencia o la política se utilizó para perseguir a dirigentes”, en alusión a las denuncias contra el gobierno de Cambiemos.
Sobre el proyecto, Parrilli afirmó que “esta ley que envió el Ejecutivo nuestro bloque la va a apoyar, vamos a firmar el dictamen, apoyar su sanción, y esperamos que prontamente podamos llevarla al recinto”. También expresó que coincidía con lo expuesto el día anterior por el ministro de Justicia, Martín Soria, sobre que los jueces de la Corte Suprema “se arrogaron facultades nuestras” en su fallo.
Al argumentar su propio dictamen, el rionegrino Alberto Weretilneck subrayó que “hemos discutido bastante alrededor de un solo tema, que es la participación o no de la Corte Suprema en el Consejo de la Magistratura”, pero este tema “amerita otra discusión que para mí es el federalismo en serio de nuestro país”.
En esa línea, explicó que su iniciativa propone que “en vez de tener un Consejo como el actual, se conformen Consejos a nivel de distritos judiciales, en el cual los senadores y diputados sean de ese distrito”, al igual que los abogados, académicos y jueces. Para el senador, sería “cambiar la lógica centralista y unitaria que tiene este Consejo”.
Cabe destacar que el proyecto de Weretilneck, que habla de una conformación de 15 miembros, sí estima la participación del “presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, o el que sea designado entre los integrantes de su seno, quien a su vez será el presidente del Consejo, debiendo alternase anualmente el elegido”.
Finalmente, el presidente de Asuntos Constitucionales -que estuvo a cargo de los debates-, el oficialista Guillermo Snopek, dejó una incógnita respecto a las negociaciones que podrían darse de acá a la llegada al recinto del texto final. “Muchas veces se interpreta que el dictamen es lo que va a salir sancionado”, expresó y deslizó que en el recinto se debate la redacción final, de modo que quedó abierta la posibilidad de modificaciones, aunque no se aclaró específicamente.
El proyecto de reforma que envió el Poder Ejecutivo difiere de la composición original que la propia Magistratura sugiere de 20 miembros, sobre todo porque en esta iniciativa no se contempla la presencia de un miembro de la Corte presidiendo el organismo.
El texto oficial amplía de 13 a 17 el número de integrantes del Consejo. La iniciativa suma un juez, dos abogados y un académico o científico. Contempla también la cuestión de género, de modo tal que al menos la mitad de los cargos deberán ser ocupados por mujeres.
Por el contrario, la composición original era de un miembro de la Corte Suprema de Justicia, que era su presidente y presidía entonces el Consejo; cuatro jueces, ocho legisladores (4 por cámara: 2 por el oficialismo; 1 por la primera minoría y 1 por la segunda minoría); cuatro abogados; un representante del PEN y dos miembros del sector académico.
Fuente: Parlamentario
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