Entre Kabul y São Paulo hay nada menos que 13.700 kilómetros, dos continentes y un océano. La lógica no invita a pensar que Brasil fuera a convertirse en el país de acogida favorito para los afganos que huyen del régimen talibán, pero el paisaje de la terminal 2 del aeropuerto internacional de São Paulo es bastante elocuente: entre improvisados colchones y tiendas de campaña viven decenas de afganos que desde hace meses llegan a Brasil a cuentagotas. Algunos llevan aquí varados desde hace meses.
Fuente: El País de Madrid
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