martes, 16 de enero de 2024

BOPREAL Y OTRAS YERBAS


La forma inteligente de encontrar una salida sustentable, al eterno estrangulamiento de divisas para el pago de importaciones, es tratando de comprender las oportunidades que se pueden abordar, de contar con instrumentos mediante los cuales acceder a los mercados internacionales y quiénes, dentro del plano interno, están en mejores condiciones para solicitarlos, Consideremos un dato importante: la calificadora de riesgo Fitch mantuvo la deuda Argentina en “CC” y dejó como mejor calificada a la de la ciudad de Buenos Aires con B+, seguida por Santa Fe y Córdoba con B-; es decir, estos tres bonos regionales tienen menor riesgos que los soberanos nacionales, mientras que empresas privadas argentinas como YPF muestran una calificación triple AAA. Está a la vista que las empresas privadas o públicas presentan un perfil muy superior al momento de constituirse como sujeto de crédito que la nación o las provincias. 

Dentro del análisis general no hay que perder de vista los otros componentes del estancamiento, la balanza comercial y fiscal, el gasto público y la magnitud de la deuda con su correspondiente pago de los servicios de la misma. Demasiadas cuestiones al mismo tiempo. Sí, pero así es nuestra realidad y no tenemos otra que hacernos cargo para establecer un punto de partida objetivo si queremos superar el embrollo.

Abierto el registro de la deuda por la conversión de divisas a las importaciones incumplidas por el B.C., resultó que el monto asentado está alrededor de 25.000 millones de dólares y no 62.000 millones como habían dicho los responsables de la economía. Esto en sí mismo, es una muestra de la liviandad con que se manejan los indicadores oficiales, pero también hay que dejar establecido que el retraso en la liquidación de divisas se originó durante la gestión del anterior ministro de economía. A cada cual lo que le corresponde.

El BOPREAL (Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre), el título emitido por la autoridad monetaria para empezar a despejar el stock de deuda comercial de los importadores, fue un fiasco las primeras dos licitaciones y tuvo un buen resultado en la tercera, con algunas salvedades que hay que puntualizar. La brecha cambiaria estaba en el 47% y la firma Toyota matriz aceptó el bono como pago de su sucursal en Argentina. Toyota se llevó la casi totalidad de los 1.200 millones  licitados. Asimismo, en la salida al mercado secundario con la venta del bopreal este viernes pasado, el precio resultante fue de 1.140, muy cerca del contado con liquidación, precio que explica la brecha cambiaria. El objetivo del B.C. es licitar 5.000 millones en enero. Veremos cuál es el resultado dado que la masa de importadores está lejos de ser Toyota. Las autoridades del B.C. tendrán que hacer muchas modificaciones que seduzcan, para llegar a los 25.000 de deuda registrada o bien ofrecer condiciones que hoy no están para incentivar el interés de los importadores. El mercado de capitales interno no está o no quiere jugar este juego, tiene otras prioridades, otras oportunidades de inversión. Así que queda explorar el mercado de capitales internacionales.

Pero más allá de este tema preciso de cumplir con los importadores para que puedan honrar sus compromisos con los proveedores externos, está la continuidad de las importaciones para que la industria local satisfaga sus necesidades de insumos, el pago de los servicios de la deuda, el FMI, el Banco de París, y otras instituciones internacionales, más las inversiones para aumentar la producción y generar riquezas, infraestructura, obras públicas, salud, seguridad, déficit habitacional, etc.

Este espaldarazo financiero que Argentina necesita, no aparece en el horizonte por razones conocidas, a las que se suman los errores de política internacional al enfrentar por argumentos ideológicos a nuestros dos principales socios comerciales, Brasil y China, olvidando el principio básico de que las relaciones entre países son básicamente relaciones de intereses. Gracias a esas malas decisiones de conducta diplomática, nos sacaron 6.500 millones de dólares del Sawpp que estaban disponibles y nos piden el cumplimiento inmediato del préstamo otorgado oportunamente. Amén de haber desairado sin ningún sentido práctico a los integrantes de los Brics. 

Como dato de color, la Argentina tuvo que ponerse prácticamente de rodillas para que el FMI, en principio hasta que lo decida formalmente el directorio, soltara unos 4.700 millones para hacer frente al pago de compromisos vencidos y a vencer con el organismo. A la vista de estos hechos, tendría que ocurrir un acontecimiento extraordinario a nivel internacional para que los países o fondos que puedan auxiliarnos cambien de opinión.

Hace aproximadamente un año, hicimos la propuesta de crear un Fondo de Garantía Sustentable para Importadores, autónomo del Gobierno, radicado fuera del suelo argentino, a los efectos de ofrecer suficientes garantías a los dadores de crédito internacionales.

Los tomadores de estos créditos serían las empresas importadoras, con el objeto de pagar a sus proveedores la compra de insumos y servicios, y la duración del préstamo debería ser por lo menos, como mínimo, de dos o tres años, de forma que el B.C. no tenga salida de divisas por ese tiempo y pueda acumular, si consideramos el monto normal de importaciones de 6.000 millones por mes, de una suma aproximada a los 200.000 millones de dólares, con los cuales poder cumplir con todas las necesidades enumeradas precedentemente. 

A la vez establecer también un mecanismo a través del mercado o por blanqueo de capitales, para que los importadores que deban repetir las importaciones no se vean obligados a aumentar los montos de endeudamiento para no crezca la cartera de pasivos. Para que este procedimiento de toma de préstamos en el exterior, resulte atractivo para los importadores, habrá que considerar eliminar el impuesto creado recientemente a las importaciones, dejando los aranceles como único ingreso al Tesoro por este canal.

El aporte que puede hacer el Estado Argentino a la formación del Fondo de Garantía Sustentable de Importaciones, podría constituirse con todos los activos del estado, Instituciones autónomas, provincias, con la figura de securitización o similar, más un porcentaje mensual de las exportaciones, considerando que los préstamos a los importadores se harían parcialmente, mes a mes, dentro de la cifra considerada.

Esta presentación de la conformación del Fondo ofrecería a los dadores de créditos internacionales el respaldo de garantía suficiente. Obviamente, habrá que eliminar del programa que está dentro del DNU y la ley Omnibus, ese desatino de privatizar las empresas nacionales, banco nación, Fondo de Jubilados, todo lo cual a precio de mercado no llegaría a la décima parte del monto que se aspira a reunir con el

Fondo de Garantía Sustentable a Importadores, a menos que prosperen los negociados con las empresas que evidentemente están detrás de este propósito. Sumaría mucho que organismos internacionales, países con excedentes o fondos de inversión, dieran algún tipo de apoyo sustancial a la conformación de garantías a constituir.

Sinceramente, esperemos que impere la racionalidad y la defensa de los intereses argentinos por sobre toda otra cuestión.

Por Ricardo Bianchi

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