domingo, 20 de abril de 2025

Los vendedores del semáforo en Rosario...


...“Los vendedores de esquina tienen su propio termómetro del consumo. Deben colocar sus productos en el tiempo que le da un semáforo en rojo. Ajenos a los festejos oficiales por la liberación del cepo, amortiguan el impacto de la inflación con distintas estrategias. Son empleados despedidos por el ajuste, jubilados que cobran la mínima, familias que perdieron su negocio o migrantes que llegaron caminando. Dinámicos, resistentes, ingeniosos: los vendedores ambulantes se reinventan a la velocidad de las crisis. Hubo una era de los alfajores y los chocolates que, de a poco, queda atrás. Como son caros y difíciles de ubicar, muchos huyeron de ese riesgo y se refugiaron en el turrón, más barato y "salidor". Dos hermanas que cocinaron choripán a la parrilla hasta el año pasado, en este 2025 áspero se separaron en dos puestos de torta asada, por la misma lógica. Una familia de dos padres jóvenes, con un nene de 3 años y un bebé de un mes, se aprieta sobre un cantero de avenida para vender bolsas con tomates de segunda mano después de haber cerrado su propia verdulería por la falta de ventas. Otros hacen de la volatilidad una oportunidad: si el precio de la papa se dispara se corren al limón o a la banana. También están los agentes informales que forman parte de una red de comercio de palta, con un coordinador que consigue la mercadería y hace la logística. Todos esos hilos componen un tejido diverso, difícil de resumir y esquivo para las estadísticas oficiales. Son los trabajadores que, ante el tobogán de la realidad argentina en la última década, encuentran en las esquinas una chance para sobrevivir. Algunos cayeron de una clase media, otros vienen de familias que siempre se la rebuscaron en la calle y hay quien llegó caminando desde Venezuela. Pero comparten algo: tienen que aprovechar el paréntesis de tiempo que les regala un semáforo en rojo para ofrecer un producto a un cliente fugaz. La mayoría de ellos y ellas –muchos adultos mayores que se quedaron sin trabajo o jubilados que cobran la mínima y no les alcanza– negocian con sus proveedores. Analizan la evolución de los costos (la inflación del Indec en marzo fue de 3,7% pero en Alimentos trepó a 5,9%), cuánto invertir para reponer el stock y sus precios finales. Son, en ese punto, empresarios o emprendedores de la emergencia.”
Por Ricardo Robins para ROSARIO 3

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