Los disparos no sólo mataron a José Ignacio Rucci, líder metalúrgico y secretario general de la CGT, hombre de una firme lealtad a Juan Perón y una de las tres “patas” en las que se apoyaba el plan de Perón para recuperar al país (las otras dos eran la Confederación General Económica y el Gobierno peronista); los balazos que perforaron el mediodía cálido y soleado de aquel martes 25 de septiembre de 1973, dieron en la línea de flotación de un barco que se bamboleaba al garete en busca de una salida a la crisis económica y a la violencia política que lo sacudían día a día.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario