En el año 1995 el Senador Dr. Alfredo Avelín, presentó el proyecto denominado “LEY DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LA PERSONA POR NACER” (ver expediente S.-1.352/95).
Senador Alfredo Avelín
Dicho proyecto de ley fue permanentemente presentado en el Senado de la Nación durante el mandato de su autor Dr. Alfredo Avelín y luego fue reproducido en el periodo 2001/2005, mandato de la Senadora Dra. Nancy Avelín de Ginestar. (Ver expedientes: S. 2054/01; S-938/03 y S-582/05.
Han pasado mas de 20 años y el tiempo y la realidad que vive nuestra Nación, la familia argentina y los niños por nacer, demuestran que la propuesta de C.R. es de avanzada, mirando, protegiendo el futuro de nuestra Patria, protegiendo la vida humana desde la concepción.Me permito transcribir los últimos párrafos del extenso proyecto donde el Dr. Avelín, como medico y como senador sostuvo:
….Finalmente señor presidente, señores senadores: mi proyecto tiene fuerza de vida…
convicción y principios de una realidad incuestionable que se adelanta a los tiempos y,
aunque apoyamos y apoyaremos la tecnología de avanzada, no admitiré que en su nombre se vulnere y se transgreda la vida de la persona por nacer.
No nos quedamos en el tiempo ni nos quedaremos, por cuanto nuestra profesión de médico no lo admite… todo lo contrario, avanzamos para que el tiempo no sea el que sepulte esa armonía fecunda de la concepción natural y evite, con este proyecto de ley, perversiones futuras de la especie humana.
Y lo confieso, señor presidente, lo confieso con humildad… ¡mucha humildad!, porque en este tema no puede haber arrogancia… confieso que tengo miedo… mucho miedo de que se abra una puerta que luego no podamos cerrar y que desborde leyes y todos los marcos jurídicos para reglamentar esa abertura de imprevisibles consecuencias.
Ya lo manifesté: hay un horizonte de claridad tecnológica; mucha claridad y avances en métodos y tecnologías, pero también hay un abismo de tenebrosa oscuridad para la raza humana.
Monstruos que puedan someter la vida, trastocar la conciencia, pulverizar el espíritu y la locura de un mundo sometido a nuevos Frankensteins o la ciencia ficción hecha realidad.
Por ello, no avancemos para luego retroceder, desterremos la industria de bebés de acuerdo al doctor Geoffrey Cowley o de acuerdo al doctor Jacques Testard, pionero de la fecundación in vitro, quien afirmó: "Esta vez me detengo. No vayamos más lejos".
Señor presidente: pasarán los años… pasaremos nosotros, vendrán otras generaciones… otros frutos del árbol de la vida y mis argumentos… estos argumentos en defensa de la vida tendrán, por lo menos, la validez de mi propia conciencia.
Y esa conciencia, que la mantengo y la mantendré en el resto de mi vida es: no perder la raíz, no marginar lo natural y defender la concepción en el lecho fecundo del hogar y la familia, allí donde está el amor, la solidez moral y esa fuerza del espíritu que tiene vida milenaria en la raza humana.
Espero que nadie llegue tarde y espero que mis colegas en este alto y digno cuerpo
legislativo interpreten mis principios, mis convicciones… convicciones como ser humano, como legislador y como médico que aún ejerce la profesión.
¡La vida tiene majestad divina!
¡Cuidemos la vida!
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