Innecesario decir que “Cuartito azul” es un tango famoso en el mundo con música de Mariano Mores. Menos conocido es que la letra, compuesta por Mario Battistella, está basada en un relato que Mores le comentó a Battistella y que es trata de un hecho real donde el protagonista es nada menos que al autor de Gricel. Si. El mismo Mores.
Estrenado en 1939, en la voz de Ignacio Corsini, el poema narra la dolorosa y emotiva experiencia de un joven que comenta la despida de esa habitación en donde vivió algún tiempo de su adolescencia para estar cerca de su primer amor.
«Fue mi primer tango, es mi hijo mayor», solía decía Mores cuando le preguntaban sobre aquellos inicios, en que era un joven veinteañero. Todo esto sucedió tal como aparece en “Cuartito azul.” El adolescente es Mores que se muda al porteño barrio de Villa del Parque y vive en la pequeña habitación (un altillo) que alquila – allá por 1937 – con la única finalidad de estar cerca de la dama que le quita el sueño, quien residía a una cuadra: Myrna Morages. Se casarán en 1943.
Mucho menos conocido es que aquella vivienda aún existe. Está en la calle Terrada 2.410; zona de veredas anchas, calles poco transitadas y viviendas típicas de barrio. Sin dudas se trata de un hito fundamental en la historia del tango, por lo que es una edificación que debe ser cuidada, protegida y puesta en valor. Téngase en cuenta que el tan mentado cuartito azul ha sido mantenido, por los actuales propietarios, lo más parecido al que conoció el autor de Uno.
Los transeúntes, hoy, se sorprenden con una inscripción colocada sobre la entrada del garaje de esta casa donde, de manera inequívoca, advierte: “cuartito azul.” En sobre relieve y grandes letras pintadas de ese color. Hacia el lado de la ventana, hay una placa colocada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, que dice: “En esta casa vivió y compuso el tango `Cuartito azul` el maestro Mariano Mores.”
Y, por encima de todo ello, un enorme cartel de inmobiliaria señala que el lugar está a la venta. Lo que para algunos ha sido una señal de alarma. ¿Qué garantías hay de que – siguiendo la costumbre actual de la zona – no se lo derrumbe para construir departamentos? La respuesta es que la legislación de la Ciudad de Buenos Aires protege la vivienda dado su valor cultural. El sitio fue declarado “de interés cultural” en 2012 por una iniciativa de los entonces legisladores Roberto Quattromano y Cristian Ritondo.
Estrenado en 1939, en la voz de Ignacio Corsini, el poema narra la dolorosa y emotiva experiencia de un joven que comenta la despida de esa habitación en donde vivió algún tiempo de su adolescencia para estar cerca de su primer amor.
«Fue mi primer tango, es mi hijo mayor», solía decía Mores cuando le preguntaban sobre aquellos inicios, en que era un joven veinteañero. Todo esto sucedió tal como aparece en “Cuartito azul.” El adolescente es Mores que se muda al porteño barrio de Villa del Parque y vive en la pequeña habitación (un altillo) que alquila – allá por 1937 – con la única finalidad de estar cerca de la dama que le quita el sueño, quien residía a una cuadra: Myrna Morages. Se casarán en 1943.
Mucho menos conocido es que aquella vivienda aún existe. Está en la calle Terrada 2.410; zona de veredas anchas, calles poco transitadas y viviendas típicas de barrio. Sin dudas se trata de un hito fundamental en la historia del tango, por lo que es una edificación que debe ser cuidada, protegida y puesta en valor. Téngase en cuenta que el tan mentado cuartito azul ha sido mantenido, por los actuales propietarios, lo más parecido al que conoció el autor de Uno.
Los transeúntes, hoy, se sorprenden con una inscripción colocada sobre la entrada del garaje de esta casa donde, de manera inequívoca, advierte: “cuartito azul.” En sobre relieve y grandes letras pintadas de ese color. Hacia el lado de la ventana, hay una placa colocada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, que dice: “En esta casa vivió y compuso el tango `Cuartito azul` el maestro Mariano Mores.”
Y, por encima de todo ello, un enorme cartel de inmobiliaria señala que el lugar está a la venta. Lo que para algunos ha sido una señal de alarma. ¿Qué garantías hay de que – siguiendo la costumbre actual de la zona – no se lo derrumbe para construir departamentos? La respuesta es que la legislación de la Ciudad de Buenos Aires protege la vivienda dado su valor cultural. El sitio fue declarado “de interés cultural” en 2012 por una iniciativa de los entonces legisladores Roberto Quattromano y Cristian Ritondo.
También conocemos que se aplicó una medida cautelar que ubica al predio en un catálogo preventivo, lo que impide su demolición, según hizo conocer la Dirección de Patrimonio, Museos y Casco Histórico del Ministerio de Cultura porteño.
*Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social, filósofo y escritor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario