Filipinas se convirtió en el último país vecino de China en oponerse a su nuevo mapa nacional, tras unirse a Malasia y la India en la publicación de duras declaraciones en las que acusan a Beijing por reclamar su territorio.
China publicó el lunes una nueva versión de su mapa nacional, como viene haciendo regularmente desde al menos 2006, para corregir lo que Beijing ha calificado en el pasado como "mapas problemáticos" que, según afirma, tergiversan sus fronteras territoriales.
Filipinas dijo este jueves que "rechazaba" el mapa por incluir una línea discontinua alrededor de zonas en disputa del mar de China Meridional que fueron objeto de una sentencia de un tribunal internacional en 2016 que falló a favor de Manila.
El mapa es el "más reciente intento de legitimar la supuesta soberanía y jurisdicción de China sobre las características y zonas marítimas filipinas, y no tiene ninguna base en el derecho internacional", dijo el Departamento de Relaciones Exteriores de Filipinas en un comunicado.
La India fue el primer país en quejarse este martes, cuando presentó una "enérgica protesta" por la inclusión del estado indio de Arunachal Pradesh y la disputada meseta de Aksai-Chin en territorio chino.
"Hemos presentado una enérgica protesta a través de los canales diplomáticos por el llamado mapa estándar de China de 2023, que reivindica territorio indio. Rechazamos estas reclamaciones porque carecen de fundamento", declaró en un comunicado el secretario de Relaciones Exteriores de la India, Arindam Bagchi.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Malasia también rechazó las "reivindicaciones unilaterales" de China, añadiendo que la nación del sudeste asiático "es coherente en su posición de rechazar las reivindicaciones de soberanía, derechos soberanos y jurisdicción de cualquier parte extranjera sobre las características marítimas de Malasia".
Durante una rueda de prensa regular este miércoles, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, desestimó las quejas, diciendo que las revisiones eran un "ejercicio rutinario de la soberanía de acuerdo con la ley" y que esperaban "que las partes implicadas puedan mantener la objetividad y la calma, y abstenerse de sobreinterpretar la cuestión".
Tensiones con la India
Desde su ascenso al poder en 2012, el líder Xi Jinping ha tratado de transformar a China en una superpotencia mundial, impulsando una política exterior agresiva y realizando movimientos más audaces en varios puntos conflictivos clave en toda Asia.
La disputa por el mapa se produce días después de que el primer ministro de la India, Narendra Modi, y Xi mantuvieran un inusual encuentro cara a cara en Sudáfrica en el que acordaron "intensificar los esfuerzos" para rebajar las tensiones en su disputada frontera, una medida que se consideró un paso hacia la pacificación de su tensa relación.
También se produjo después de que la India y China entablaran su decimonovena ronda de conversaciones para resolver su problema fronterizo, y antes de una posible reunión entre Modi y Xi en la cumbre del G20 que se celebrará en Nueva Delhi la próxima semana, si es que Xi asiste.
Aunque parezca que se está avanzando en sus disputas fronterizas, al menos públicamente, los analistas afirman que no siempre es así.
"La India y China aprovechan cualquier oportunidad para resolver sus diferencias, pero parece que dan un paso adelante y dos atrás", afirma Akhil Ramesh, investigador del Pacific Forum, un instituto de investigación sobre política exterior con sede en Honolulo centrado en el Indo-Pacífico.
"En este clima, aunque ambas partes expresen públicamente su interés en aliviar las tensiones, no veo que esto ocurra. Ambos países trabajan para alcanzar sus propios objetivos de ser líderes del sur global", agregó el experto.
Las fronteras han sido una fuente de fricción entre Nueva Delhi y Beijing durante décadas, y la agitación en la región ya ha desembocado en una guerra, que terminó con la victoria china en 1962. En los años siguientes, una frontera de facto mal definida llamada Línea de Control Real (LAC, por sus siglas en inglés) ha dividido a las naciones más pobladas del mundo.
Las tensiones entre ambos países se agravaron significativamente en 2020 tras una reyerta mortal en el valle de Galwan, cerca de Aksai Chin, una zona controlada por China pero reclamada por ambos países. Las tensiones han estado latentes desde entonces y se recrudecieron el pasado diciembre, cuando un enfrentamiento entre tropas de ambos bandos en el sector de Tawang, en Arunachal Pradesh, se saldó con heridos leves.
Presión sobre Modi
Mientras se desarrollan las tensiones entre Beijing y Nueva Delhi, políticos del principal partido de la oposición en el Congreso indio han criticado a Modi por restar importancia a la cuestión fronteriza.
"China es un infractor habitual cuando se trata de renombrar y redibujar mapas de territorios pertenecientes a otros países. El gobierno de Modi debe garantizar que la ocupación ilegal china de 2.000 kilómetros cuadrados de territorio indio a lo largo de la LAC debe terminar", dijo el jefe del Congreso, Mallikarjun Kharge.
En declaraciones a periodistas este miércoles, el legislador Rahul Gandhi, dijo: "Llevo años diciendo que el primer ministro mentía cuando decía que no se había perdido ni un centímetro de tierra en Ladakh. Todo Ladakh sabe que China se ha apropiado de nuestra tierra. Este asunto del mapa es muy serio, el primer ministro debería hablar de ello".
Modi ha evitado en gran medida hablar públicamente sobre la cuestión fronteriza, llegando a decir en directo por televisión poco después de los enfrentamientos mortales de 2020 que "nadie se ha entrometido ni se está entrometiendo".
Sin embargo, la India ha tomado varias medidas para contrarrestar las amenazas percibidas de China, incluida la prohibición de la plataforma de redes sociales TikTok y otras conocidas aplicaciones chinas, diciendo que plantean una "amenaza a la soberanía y la integridad", mientras que también se está moviendo para bloquear a los gigantes de las telecomunicaciones chinas Huawei y ZTE para suministrar su red 5G.
En medio del creciente nacionalismo en ambos países, la preocupación en Nueva Delhi por la creciente asertividad de Beijing también ha reforzado la relación de la India con Estados Unidos, incluso a través del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, también conocido como Quad, una agrupación de Japón, Estados Unidos, la India y Australia ampliamente considerada como un contrapeso a China.
A principios de año, China boicoteó una reunión de turismo del G20 organizada por la India en el territorio himalayo de Jammu y Cachemira, alegando su oposición "a celebrar cualquier tipo de reunión del G20 en territorio en disputa". La India y Pakistán reclaman la totalidad de la disputada región de Cachemira.
Nectar Gan, de CNN, contribuyó con este informe.
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