Argelia congela su participación financiera en la Unión del Magreb Árabe (UMA) debido a la cercanía de su Secretario General a Marruecos.
El jefe de la diplomacia argelina, abdelkader messahel ordenó recientemente que la contribución asignada por su país a la Unión del Magreb Árabe (UMA) fuera congelada, considerando que el tunecino Taieb Baccouche, Secretario General de la misma agrupación regional, está haciendo el juego de Marruecos, país que alberga esta institución.
Cabe recordar que la UMA fue creada el 17 de febrero de 1989 por Marruecos, Argelia, Túnez, Mauritania y Libia con el objetivo inicial de promover la libre circulación de personas, mercancías y capital, además de consolidar los vínculos de fraternidad entre sus miembros.
No obstante, la organización, cuya Secretaría General tiene su sede en Rabat está prácticamente congelada desde los años 90 debido a las divergencias entre Marruecos y Argelia sobre el conflicto del Sáhara. Y Desde su formación, la organización celebró seis cumbres, la última de ellas en 1994.
El rey Mohammed VI de Marruecos en su discurso de noviembre pasado, durante la cumbre entre la Unión Europea y la Unión Africana en Abiyán, dijo: "Si la UMA hubiese existido seríamos más fuertes frente al reto migratorio actual". Y añadió, tajante: "Desafortunadamente la UMA no existe".
La falta de integración regional del Magreb tiene un costo económico muy elevado. Cada año, esta región del norte de África pierde entre el 2% y el 3% de su Producto Interior Bruto (PIB). Esta es la estimación que hace la ONG Oxfam France en un estudio llevado a cabo con motivo del 20 aniversario del cierre de las fronteras terrestres entre Marruecos y Argelia.
Los dos países son una pieza clave del Magreb y sus malas relaciones políticas constituyen un freno a la construcción de la Unión del Magreb Árabe (UMA) y a otros proyectos de integración regional. El mismo estudio de Oxfam France subraya que “la existencia efectiva de una unión magrebí habría hecho ganar a los cinco países un valor añadido del orden de los 10.000 millones de dólares cada año”. Este es el dinero que pierden cada año los cinco países magrebíes. O mejor dicho: este es el dinero que Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Mauritania no pueden invertir anualmente en mejorar las infraestructuras, la sanidad, la educación, el aparato productivo y el nivel de vida de la población.
La ONG, que cita a diversos analistas, asegura que cada año el Magreb pierde unos 8.000 millones de dólares en capitales. En parte, esta huida de capitales se explica “por la no integración de la región, que se convierte así en menos atractiva para las inversiones”. Además, los problemas políticos que mantienen la construcción del Magreb paralizada también tienen repercusiones negativas en materia comercial. Según un estudio de la Comisión Económica de la ONU sobre África, la UMA mantiene una actividad comercial inferior al 56% de su capacidad real. Si el comercio estuviera más desarrollado y no sufriera tantas trabas, “tendría repercusiones positivas para el desarrollo de la región”.
Uno de los principales obstáculos para la integración del Magreb es el conflicto del Sáhara occidental. Marruecos defiende hace casi 40 años la marroquinidad del territorio. Por el contrario, el Frente Polisario, apoyado por Argelia desde el primer día de su fundación, a principios de la década de los 70 del siglo pasado, plantea la independencia. La solución de un referéndum ha sido descartada por la ONU y Marruecos propone la opción de una autonomía amplia de este territorio, pero bajo su soberanía; iniciativa que fue saludada por la Comunidad Internacional y reiterada cada año en las Resoluciones del Consejo de Seguridad como única vía de solución de este diferendo regional. Conseguir una resolución del conflicto del Sáhara podría contribuir a un apaciguamiento diplomático, y crearía una dinámica presupuestaria y de desarrollo ventajosa para el conjunto del Magreb, que podría beneficiar a las poblaciones más vulnerables”, destaca el estudio de la ONG.
Cabe recordar que la UMA fue creada el 17 de febrero de 1989 por Marruecos, Argelia, Túnez, Mauritania y Libia con el objetivo inicial de promover la libre circulación de personas, mercancías y capital, además de consolidar los vínculos de fraternidad entre sus miembros.
No obstante, la organización, cuya Secretaría General tiene su sede en Rabat está prácticamente congelada desde los años 90 debido a las divergencias entre Marruecos y Argelia sobre el conflicto del Sáhara. Y Desde su formación, la organización celebró seis cumbres, la última de ellas en 1994.
El rey Mohammed VI de Marruecos en su discurso de noviembre pasado, durante la cumbre entre la Unión Europea y la Unión Africana en Abiyán, dijo: "Si la UMA hubiese existido seríamos más fuertes frente al reto migratorio actual". Y añadió, tajante: "Desafortunadamente la UMA no existe".
La falta de integración regional del Magreb tiene un costo económico muy elevado. Cada año, esta región del norte de África pierde entre el 2% y el 3% de su Producto Interior Bruto (PIB). Esta es la estimación que hace la ONG Oxfam France en un estudio llevado a cabo con motivo del 20 aniversario del cierre de las fronteras terrestres entre Marruecos y Argelia.
Los dos países son una pieza clave del Magreb y sus malas relaciones políticas constituyen un freno a la construcción de la Unión del Magreb Árabe (UMA) y a otros proyectos de integración regional. El mismo estudio de Oxfam France subraya que “la existencia efectiva de una unión magrebí habría hecho ganar a los cinco países un valor añadido del orden de los 10.000 millones de dólares cada año”. Este es el dinero que pierden cada año los cinco países magrebíes. O mejor dicho: este es el dinero que Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Mauritania no pueden invertir anualmente en mejorar las infraestructuras, la sanidad, la educación, el aparato productivo y el nivel de vida de la población.
La ONG, que cita a diversos analistas, asegura que cada año el Magreb pierde unos 8.000 millones de dólares en capitales. En parte, esta huida de capitales se explica “por la no integración de la región, que se convierte así en menos atractiva para las inversiones”. Además, los problemas políticos que mantienen la construcción del Magreb paralizada también tienen repercusiones negativas en materia comercial. Según un estudio de la Comisión Económica de la ONU sobre África, la UMA mantiene una actividad comercial inferior al 56% de su capacidad real. Si el comercio estuviera más desarrollado y no sufriera tantas trabas, “tendría repercusiones positivas para el desarrollo de la región”.
Uno de los principales obstáculos para la integración del Magreb es el conflicto del Sáhara occidental. Marruecos defiende hace casi 40 años la marroquinidad del territorio. Por el contrario, el Frente Polisario, apoyado por Argelia desde el primer día de su fundación, a principios de la década de los 70 del siglo pasado, plantea la independencia. La solución de un referéndum ha sido descartada por la ONU y Marruecos propone la opción de una autonomía amplia de este territorio, pero bajo su soberanía; iniciativa que fue saludada por la Comunidad Internacional y reiterada cada año en las Resoluciones del Consejo de Seguridad como única vía de solución de este diferendo regional. Conseguir una resolución del conflicto del Sáhara podría contribuir a un apaciguamiento diplomático, y crearía una dinámica presupuestaria y de desarrollo ventajosa para el conjunto del Magreb, que podría beneficiar a las poblaciones más vulnerables”, destaca el estudio de la ONG.
Fuente: www.diariopym.com.ar
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