Los importadores (los grandes beneficiarios de estos últimos años de desaciertos de política cambiaria e importaciones) han conseguido consensuar momentáneamente sus intereses y plantear agrupadamente sus preocupaciones al Gobierno.
Ante las enormes dificultades de responder en tiempo y forma del Banco Central al pago de importaciones, servicios, seguros y fletes, finalmente, por ahora, y en razón de que los juzgados ya no hacen lugar a amparos, están intentado dejar el camino de buscar individualmente atajos, amigos, intermediarios, en procura de lograr realizar el negocio lo más rápido y menos oneroso posible y han dado el gran paso de juntarse para expresarse colectivamente.
Saludamos este encuentro de empresarios, que puede resultar efímero, como el primer paso hacia la toma de conciencia de que no existe la más mínima posibilidad de que Argentina regularice el estrés de divisas en el corto ni mediano plazo. No tiene cómo, no tiene con qué. No se trata de voluntarismo, ni del retraso de pagos a 90 o 180 días, que generalmente siempre reciben postergaciones, sino que poco a poco hagan el duelo de que las importaciones deben financiarse de otra manera, con otros tiempos, muchos más largos y con la participación plena y solidaria de los importadores.
Qué significa esto en términos prácticos, que hay que encontrar la ingeniería adecuada para que la economía no se paralice, que además del estrangulamiento de divisas no se sume también la pérdida de trabajo, la retracción económica, el aumento de la pobreza y finalmente el desorden y caos social.
Y esto no se hace únicamente con las decisiones de un Gobierno que se está yendo y no ha encontrado mecanismos idóneos hasta la fecha. Deben participar todas las fuerzas políticas, empresariales, del trabajo, del conocimiento, sociales, etc.
Con éste, es el cuarto artículo que escribimos proponiendo, modestamente, la creación de un instrumento que sirva de base para elaborar una herramienta que cuente con el apoyo de la totalidad de los actores.
Se trata de la formación del “FONDO DE GARANTIA”, sobre el cual nos hemos explayado extensamente, pero que volvemos a intentarlo para ver si logramos explicitar mejor la idea.
Argentina, como país soberano, ha perdido la confianza del mundo. Dejó de ser sujeto de crédito, como cualquiera de nosotros en nuestra cuenta bancaria cuando estamos sobregirados, las garantías no alcanzan y venimos renegociando los pagos que no podemos cumplir a los vencimientos. El banco no nos cierra la cuenta porque quiere cobrar, pero no nos da un peso más del crédito que hemos tomado. Cómo procedemos individualmente para destrabar este nudo, prometemos cumplir, mostramos gráficos de que nuestro balance mejorará a futuro, hablamos de nuevos emprendimientos, et. etc., nos responden qué bueno para nosotros, pero no se mueven de ahí un centímetro. Necesitamos mostrar algo más. Igualmente, pasa a nivel país. Hay que mostrar algo más. Y ese algo más es, en primer lugar, que efectivamente haya unidad de concepto de parte de todos los actores políticos en cuanto al proceder presente y futuro. Nada de eso pasa en la actualidad, la política en su conjunto, está volcada al juego del internismo y las elecciones sin tiempo para pensar seriamente en cómo solucionar los graves problemas que nos aquejan.
Luego, buscar amigos, parientes, socios, o quienes que, por un interés genuino, quieran asumir un riesgo otorgando garantías adicionales para que salgamos a flote. No será fácil como país llevar a buen puerto semejante tarea. Pero por un momento, demos por hecho que se abrieron los cielos y bajo un rayo iluminador lleno de sabiduría otorgando al gobierno y oposición el entendimiento necesario como para exhibir razonabilidad y coherencia. Salimos entonces a tratar de convencer a quienes están en posición de otorgar esos avales que nos permitan tomarnos un respiro, creando un colchón que soporte nuestras obligaciones durante un determinado número de años hasta que, por el resultado del crecimiento y la acumulación, estemos en condiciones de devolver o renegociar la montaña de deuda que hemos sabido acumular.
Es ahí donde viene la ingeniería para lograr el instrumento idóneo que mencionamos al principio y que nosotros describimos de la siguiente forma:
Trataremos de explicitar de que se trata, cómo se construye y que beneficios puede ofrecer este Fondo.
De que se trata: El Fondo de Garantía es una herramienta para que todas las empresas importadoras puedan acceder al crédito externo para efectivizar el pago de sus insumos y servicios. Es un aval de última instancia, un reaseguro de cumplimiento automático, para el caso de que el Banco Central tenga dificultades al momento de ejecutar el pago de las divisas de importación en los tiempos pactados.
Este Fondo tiene que estar protegido por una legislación que cumpla con los requerimientos internos y bajo la jurisdicción de los tribunales internacionales. Tiene que ser una entidad autónoma y sí es necesario, con domicilio fuera del territorio argentino. Los activos financieros, los avales y las divisas depositadas en una entidad internacional de primera línea, de forma de disipar cualquier duda sobre el acatamiento a rajatablas del objeto para el cual fue creado.
El armado normativo y de funcionamiento, tiene que ser lo suficiente atractivo para estimular a los prestamistas internacionales a conceder créditos a las empresas, de un plazo no menor de dos años, preferiblemente extensivo a tres o cuatro.
Cómo se construye: con activos financieros en poder del Estado, las provincias y las instituciones, que los cederán al fondo con el arreglo de algún tipo de beneficio, bajo la figura de securitización u otra adecuada al efecto. Más un porcentaje significativo de las divisas que vayan ingresando por las exportaciones.
Los Brics, pueden representar un apoyo importante a la formación del Fondo de Garantía. Con sólo comprometer su participación en carácter de garante, este instrumento tendría entidad frente a los futuros acreedores y bancos del exterior.
Pero tal vez no sean los únicos que perciban que participar del Fondo de Garantía puede ser buen negocio, por ejemplo, los Fondos de Inversión, países con excedentes que buscan colocarlos de la mejor manera, como Arabia Saudita, el mismo EEUU con sus múltiples posibilidades, etc. No somos nosotros los más calificados para decir donde reunir apoyos.
Con el acuerdo de los gobiernos provinciales, el mayor volumen posible de los partidos políticos, los bancos y las finanzas, las organizaciones empresariales y de trabajadores. Es decir, cubrir el más grande espectro, ya que la implementación y período de ejecución trascienden a este gobierno y tal vez al que lo suceda.
Podemos señalar los siguientes beneficios:
Que el estado se haga de un crédito a muy bajo interés por un monto estimado en el plazo de dos años, de ciento cincuenta mil millones de dólares, que resulta de la suma de dos años de importaciones, en un momento en que Argentina no es sujeto de crédito y tiene muy pocas posibilidades de hacerlo de otra manera.
Que todos los importadores puedan acceder de forma rápida y simple a la compra de insumos y contratación de servicios en el exterior.
Que el hecho de tomar un préstamo, obvie a los importadores la presentación licitudes de fondos.
Que la producción pueda funcionar a pleno. Que desaparezcan los impedimentos para importar, simplificando y agilizando los trámites a la importación.
Que genere la disminución de la demanda de dólares divisas, permitiendo que bajen las expectativas de inflación y la reducción del riesgo país.
Que la economía en su conjunto tenga un respiro y pueda desarrollar todo su potencial impulsando el PBI, la baja de la inflación, la estabilidad social y la economía, con recuperación del nivel de los salarios y jubilaciones.
Eliminación de las retenciones impulsando el crecimiento pleno de la producción, principalmente del agro, generando riquezas y crecimiento.
Plazos de repago de los préstamos: lo ideal sería no menos de dos años o más, por tres razones; una que con la inflación reduciéndose en los países desarrollados y a un plazo que cuadruplica los actuales 180 días, los intereses deberían ser sensiblemente menores que los de un préstamo eventual de muy corto plazo. La segunda; que en dos años el país puede acumular un crédito igual al monto de importaciones por ese período.
Por último y la tercera razón, porque el paquete de préstamos a otorgar de aprox. ciento cincuenta mil millones de dólares resulte más atractivo para los dadores que un monto menor.
Intereses: habrá que sentarse y negociar que porcentaje del pago de intereses asuman los importadores y cual el estado.
Destino de las divisas de exportación: al no tener que repagar por dos años las importaciones con las divisas procedentes de las exportaciones, habría que estipular muy taxativamente que porcentaje, después del pago de las obligaciones externas, se destina al Fondo de Garantía, qué a reforzar las reservas del Banco Central y qué a achicar la deuda interna de leliq y otras obligaciones.
No menos importante es la participación de los bancos locales, los que seguramente tendrán a su cargo, por delegación, del armado de las carpetas de los clientes importadores que demandan los préstamos.
Considerando una suma tan importante, los mismos tendrán que estar preparados para adecuarse a los requisitos y formalidades que soliciten los prestamistas externos. El papel de esta intermediación nos parece fundamental para que los créditos tengan un trámite ágil adecuado a la naturaleza del negocio.
Solicitamos la opinión y apoyo de los bancos a esta iniciativa para enriquecerla y enriquecerla técnicamente.
Durante el transcurso del armado de la propuesta, el gobierno debe convocar a todas las fuerzas políticas para que opinen, participen, y den su consentimiento al tratamiento de una ley que defina los alcances del proyecto.
Si esto se cumple, es una contribución a bajar los decibeles de la campaña y hacer de Argentina un país más normal, como debe ser.
Recientemente, el Banco Central ha sacado nuevas normativas, originadas en la misma dificultad de falta de divisas, de ampliar la demora de pagos al seguro y flete, lo que conlleva el agregado de una enorme complejidad al desenvolvimiento de la importación y exportación, sobre todo a las pymes.
De manera que sería bueno incorporar al financiamiento de la compra de mercadería, el seguro y flete, es decir, de que la compra se haga con la modalidad CIF y que involucre financiar la totalidad de las obligaciones emergentes de la importación de productos.
Dra. Costanza Bianchi Ricardo Bianchi
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