El posible regreso de Liliana Beatriz Korenfeld a la Superintendencia de Servicios de Salud encendió todas las alarmas en la cúpula de la CGT que convocó a una cumbre de urgencia para este lunes, en el medio de la ofensiva de la vicepresidenta para realizar una reforma integral del sistema de salud del país.
Korenfeld es de plena confianza de Cristina Kirchner y ocupó ese cargo estratégico durante su Gobierno. Los sindicalistas la recuerdan como la funcionaria que les pisó la transferencia de millones de pesos de las obras sociales, en el pico del enfrentamiento de Cristina con el sindicalismo, que nunca terminó de saldarse.
La cercanía de Korenfeld con Cristina es tal, que apenas asumió como vicepresidenta le encargó que audite la Dirección de Ayuda Social para el personal del Congreso de la Nación (DAS) y el convenio con Omint, la empresa de salud con la que Michetti acordó que se les diera cobertura médica a los empleados del Congreso.
De acuerdo a La Política Online, si la DAS pasara a la Cámara de Diputados, como se menciona en el Congreso, Korenfeld se quedaría sin su cargo y podría reemplazar en la Superintendencia a Eugenio Zanarini, quien autorizó el aumento a las prepagas que se publicó el 30 de diciembre en el Boletín Oficial y que en menos de veinticuatro horas fue derogado por orden presidencial. Aunque el recambio podría ocurrir incluso antes.
No solo porque Zanarini fue burdamente desautorizado, sino porque en medio de esas tensiones terminó internado en terapia intensiva con un cuadro cardiovascular y no estaría en condiciones de regresar a su silla en la Superintendencia de Diagonal Norte.
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