Para ello, les señala que se sabe que es una vacuna experimental (DNU 125) no convencional a virus muerto o atenuado, de tecnología (ARN) transgénica, jamás usada a escala masiva y que no cumplió con las fases de experimentación.
Y revelan un cierto “desconocimiento de los cuantiosos efectos adversos y muertes de los registros de VAERS”, como de los registros de Europa, Gran Bretaña, Israel o locales. O que, en Argentina, se habla de “mayor incidencia de muertes por Covid19 en vacunados, que en no vacunados”.
Ante esta petición, las autoridades del Consejo Superior que expidieron el apoyo al PEN, de concretarse serán “coparticipes de vulneración a la Constitución Nacional, Tratados Internacionales, los arts. 58 y 59 del Código Civil y Comercial y la Resol. 6677 del Anmat”.
Incluso de "ser instigadores de cometer delitos, siendo responsables de los resultados de posibles lesiones por su aplicación, y consiguiente muerte de un inoculado por este experimento”, vulnerando el Código de Ética Médica de la AMA.
Por Alejandra Passarelli
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