Por Ricardo Bianchi
Aquí podemos establecer una similitud con la disciplina economía, que no constituye una ciencia propiamente dicha, aunque la denominan ciencia social, pero que sirve a la interpretación de los hechos económicos y puede también ser predictiva y en muchos casos, sumamente útil. Pero igualmente, reconoce un sinnúmero de fuentes, disciplinas, principios, que difieren entre si y que, por lo general, resultan profundamente contradictorios. Esto viene a cuento del problema endémico que sufre Argentina con la escasez de divisas y deuda externa, con el consiguiente déficit fiscal y la delirante inflación.
Nuestro “extraño” presidente, fanático de la escuela austríaca liderada por Friedrich Hayek, teoría económica que en ningún tiempo y lugar ha sido confrontada con la experimentación práctica, ha propuesto una serie de pasos a seguir con la voluntad de salir del pantano. Hay que aclarar que el actual estado de situación de desastre no ha sido producto de su corta diligencia al mando del ejecutivo, sino de las tres administraciones anteriores entre otras causas, pero que él, en apenas 60 días, se encargó de empeorar con un aporte muy notable de su parte. Lo que caracteriza a la actual gestión es la total falta de empatía con los seres humanos que componen el entramado de nuestra sociedad. Tal es así qué, si millones sufren, pasan necesidades o mueren, no asume ninguna responsabilidad, la culpa es de los traidores, coimeros, etc.
Lo realmente importante para él personaje en cuestión, es convertirse en un Celebrity mundial y tenemos que reconocer que lo está logrando. Hoy en el mundo es una estrella rutilante en las redes y que la extrema derecha toma de ejemplo. Pero lo realmente preocupante es que, con la bandera de la teoría económica, nos está llevando a un desastre de dimensiones de muy difícil retorno,además de estár pisoteando la democracia, los principios de patria, soberanía, y la integración nacional. Está tratando de imitar a LUIS XIV diciendo “El Estado soy yo” o Francisco Solano López, afirmando “Yo soy el Paraguay”, con la enorme diferencia que los nombrados en primer lugar, fueron verdaderos líderes que defendieron los intereses y la grandeza de Francia y Paraguay, respectivamente y que, López finalmente, dando muestras de su patriotismo, entregó su vida en el campo de batalla muriendo por su Nación.
Este introito es a los efectos de establecer el punto de partida para aportar ideas y propuestas razonables, dentro lo posible, respetando fundamentalmente los derechos de los que menos tienen, promoviendo el crecimiento económico, el desarrollo productivo, cuidado de la salud, educación, seguridad, y el avance de la ciencia y tecnología, entre otros propósitos plausibles.
Para desarrollar esta idea recorreremos el camino simple, de fácil comprensión, dejando de lado las categorías teóricas de la cuántica en física (dicho como expresión simbólica) o de la economía compleja de las ecuaciones matemáticas imposibles de verificar en la vida práctica, más bien siguiendo los pasos de un gran ministro de economía (Miguel Miranda) presidente del banco central y ministro de economía del primer gobierno del Gral. Perón, nos ceñiremos a la libreta delalmacenero.
En los años 90, se produjeron cambios muy profundos en las reglas económicas, cientos de miles de pequeños y medianos empresarios, que hoy denominamos pyme, quedaron en la lona, desbarrancaron mal, quebraron, sin poder honrar las deudas asumidas ante los bancos, financieras, fiscales, proveedores, trabajadores, etc. Se quedaron sin capital de giro, créditos y lo peor, sin el sustento de la confianza. Muchos enfermaron, otros fallecieron, suicidaron y muy pocos pudieron retomar el sendero de la actividad empresarial.
Argentina está viviendo una situación muy parecida, no tiene crédito externo, sus reservas reales están en rojo, tiene el antecedente de haber incumplido sus compromisos, no es sujeto confiable, salvo de los que toman riesgos superlativos con la esperanza de obtener réditos extraordinarios (fondos buitres), mantiene e incrementa su pasivo en dólares y por más que en el horizonte se pueda recomponer el superávit primario en la balanza comercial, como ocurrió en casi todos los años anteriores al 2023, el pago de los servicios de la deuda, amortización de organismos internacionales, etc. termina consumiendo el saldo a favor.
Con la carga de impuestos, aumentada recientemente, sobre el aparato productivo y la liberación del ingreso a mercaderías y servicios que vienen del exterior, no existen incentivos para la inversión interna. Se avizora un futuro de recesión y estancamiento. Los problemas reales no se solucionan con actitudes propias de campañas electorales. Hace falta gestión inteligente, desarrollar ideas, asumir propuestas que tiendan a la única salida posible, el aumento de la producción y la riqueza, preservando siempre y a cualquier costo a la sociedad vulnerable.
En el terreno específico, la falta de divisas, hemos escrito y publicado una propuesta que tiene por fundamento la obtención de un colchón de reservas en dólares de aproximadamente 200.000 millones en el plazo de dos/tres años, sin el cual es imposible, en nuestro modesto juicio, elaborar un plan de crecimiento de la producción basado en la eliminación de las retenciones, el desarme de los pasivos remunerados, la eliminación del cepo, el achicamiento de la inflación, la desaparición del déficit, la baja de impuestos, reforma tributria y el cumplimiento de las obligaciones externas e internas.
Como creemos que no existe confianza del exterior para que nos presten esa suma, ni una mucho menor, tampoco que ingresen inversiones por el clima de incertidumbre jurídica, amén de que debido al riesgo país, los intereses a pagar serían muy altos. Pensamos en la formación de un Fondo de Garantía para dar respaldo a los préstamos que los importadores tomen fuera o dentro del país, con destino al pago de mercaderías y servicios por el término de amortización en 2/3 años. Este fondo estaría formado por los activos que tiene el Estado, el Tesoro, las provincias, e instituciones autónomas, con acuerdo de todas las provincias y aprobado por ley del Congreso.
Este Fondo sería totalmente autónomo del Gobierno y controlado por el Congreso. Puede que exista en el mundo inversores o países que se animen a ser prestamistas con la garantía de este Fondo, pero lo percibimos poco probable. La propuesta contiene que a la par se implemente el blanqueo a los tenedores de activos en el exterior, basada en que los dólares de argentinos que ingresen con destino a préstamos a los importadores para el pago de sus obligaciones, estén exentos de impuestos y percepciones y que los intereses que reciben por esos préstamos, que nunca deberían ser superiores a los que pagan los bonos del Tesoro de EE.UU. tengan el mismo tratamiento impositivo que el blanqueo. Esta idea está expresada a grandes rasgos y su preparación y mejoramiento dentro del marco normativo es materia de mucho trabajo y análisis.
Esperemos que el mundo de la política la considere y en un gran acuerdo sirva como aporte para encontrar el camino de la reconstrucción.
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